El 19 de Marzo, el Presidente de la Nación decretaba, con el apoyo de los gobernadores, el comienzo de la cuarentena obligatoria (o ASPO, como figura en el decreto 297/20). Aproximadamente luego de un mes, durante Abril, se emprendería en diferentes distritos de nuestro país el “operativo retorno”. Miles de estudiantes que estudiaban fuera de sus provincias de origen, comenzaron a volver para realizar la cuarentena en sus domicilios.

Así sucedería por ejemplo con Salta, donde la Agencia Provincial de la Juventud puso en marcha el “Operativo Solidaridad y Responsabilidad” para repatriar a sus jóvenes universitarios. Mediante la coordinación con ministerios de otras provincias se ofrecieron colectivos para que los estudiantes puedan volver. El mismo ejemplo lo podemos ver con La Rioja, Jujuy, e incluso La Pampa, provincia que el gobernador Alberto Rodríguez Saá tomó como modelo similar por sus políticas para afrontar la pandemia.

En esos meses, cientos de jóvenes puntanos se ilusionaron con volver a casa. La agrupación “San Luis en Córdoba” llegó a relevar 267 jóvenes estudiando en Córdoba de los cuales 127 deseaban volver a San Luis, entre ellos más de 30 merlinos.

Pasaron los meses, los reclamos, las gestiones y todo sigue igual. Y obviamente, los relevamientos hechos quedan desactualizados, aunque nos permite tener una estimación de esta realidad que al día de hoy, solo encuentra oídos sordos en Terrazas del Portezuelo.

El gobernador cierta vez mencionó que el plan de vida de estos jóvenes estaba en otro lugar, que no era un caso humanitario. Pero ya han pasado más de 5 meses. Estudiar fuera de casa implica toda una rutina que es nueva, atractiva y divertida para muchos. Pero la variable “pandemia” influye en la salud psicológica de nuestros jóvenes, que viven 24/7 en sus departamentos, sin poder salir, con recursos escasos, con la familia lejos, y con la restrictiva posibilidad de volver a San Luis solo si pueden desembolsar una abultada suma de dinero en concepto de traslado (taxi, remis o particular) y cuarentena (en hoteles de la Capital).

Vamos rumbo al sexto mes desde el comienzo de la cuarentena. En el medio ha habido varias flexibilizaciones, como los permisos de repatriación de varados internos. Sin embargo, en algunos casos los gobernadores se las han rebuscado para endurecer su política fronteriza y con eso, desoír el espíritu de las medidas del Gobierno Nacional (como el caso Solange Musse en Córdoba o Martin Garay en San Luis).

Se han intentado varias alternativas, y se han expresado muchas voces, sin embargo, la última palabra  la tiene el Comité de Crisis Provincial. Para un San Luis con una aparente solidez administrativa- financiera, no suena descabellado que el gobernador gestione la vuelta de nuestros estudiantes poniendo a disposición colectivos como lo han hecho otras provincias. Con la gran capacidad hotelera que tiene Merlo, no es imposible gestionar que los estudiantes puedan realizar la cuarentena cerca de sus casas. Evitando traslados innecesarios a San Luis para llevar insumos, y dándole un poco de oxígeno al sector turístico local.

La prioridad es articular políticas que cuiden la salud psicológica y reduzcan los factores de estrés de la población universitaria local. Volver a casa, es la principal solución. Así les daremos las mejores herramientas para que puedan sobrellevar la pandemia y sus consecuencias.

Es posible. Opciones hay. Solo falta tomar la decisión. Mientras tanto, “el operativo retorno” sigue en su eterna espera. (Por Gastón Fonseca)