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Sierras de los Comechingones

Once horas de aventura en lo más alto de Villa Elena

Un trekking durísimo por los paisajes más imponentes de la localidad de la Costa de los Comechingones. Incluyó paso por Baños Romanos, el Chorro Grande, La Picaflor y vista de algunos arroyos subterráneos. La vuelta fue por la cuesta de La Pichica. Otra salida que compartimos con el Guía profesional de trekking AAGM, Germán Romero.
jueves 01 de septiembre de 2022
Once horas de aventura en lo más alto de Villa Elena
Chorro Grande
Chorro Grande

El sábado pasado salimos muy temprano desde Villa de Merlo hacia Villa Elena. El cielo cubierto y viento fuertísimo, con ráfagas de más de 50 kilómetros por hora, no impidió la aventura.

Dejamos los autos en la puerta de la reserva y a las 9 de la mañana comenzamos el trekking.

Pasamos por el Dique Parrilla y fuimos avanzando por la quebrada de Villa Elena. En partes entre pasillos muy cerrados de zarzamora y cortaderas, en otras por el arroyo trepando grandes piedras, o por los bosques de molles, talas y tabaquillos.

En la salida participó un grupo de personas de Villa de Merlo, Cerro de Oro, Carpintería y la ciudad de San Luis. Cada cual aportó lo mejor de su parte para lograr una salida memorable, donde reinó el humor, el trabajo en equipo, y buena predisposición para superar cada complicación del camino.

A medida que avanzábamos y contra todos los pronósticos previstos para ese día, el viento empezó a calmarse y el cielo se fue despejando lentamente. Llegamos a la cascada conocida como Baños Romanos, sacamos algunas fotos y seguimos avanzando. Cruzamos de un lado al otro del arroyo, por donde la vegetación lo fue permitiendo.

Cerca del Chorro Grande (nuestro único objetivo hasta ese momento) encontramos restos de un cóndor que murió en las sierras. Cosas que se ven contadas veces. Mientras tanto, otros 20 volaban muy atentos por encima de nuestras cabezas.

Atravesando una ladera bastante empinada y con un sendero muy poco firme, logramos vislumbrar la imponente cascada. El Chorro Grande, también llamado Cascada de los Cóndores o Salto Grande, tiene unos 45 metros de altura y está en medio de la quebrada, entre paredones de más de 100 metros de altura, repletos de exuberante vegetación.

Ya con bastante esfuerzo llegamos a lo que se conoce como el Mirador del Chorro. Incluso desde allí, aún nos faltaba 45' de descenso por laderas con terreno muy flojo, canales tapados de cortaderas y zarzamoras (que había que sortear, prestando mucha atención a los pocos pasos que el camino presentaba) para llegar al pie de la imponente cascada.

A medida que nos acercábamos el clima comenzaba a cambiar de manera favorable. A tal punto de que pasamos del abrigo, a usar solo remeras de mangas cortas.

Cuando menos lo pensamos, detrás de un gran Tabaquillo asomaba la imponente cascada, casi al alcance de nuestras manos. La emoción se hizo presente en todos nosotros.

Una gran roca a metros de la cascada, fue nuestro escenario perfecto para el almuerzo y unos mates. La idea original había sido volver por el mismo lugar por el que habíamos llegado. Pero entre charlas y con más sed de aventura, decidimos sumar varios kilómetros y apostar a una vuelta un poco más larga y desafiante.

Tomamos la ladera que está al sur del salto y empezamos a abrirnos paso para treparla. Un terreno durísimo que puso a prueba no solo la resistencia física de cada uno, sino también la mental. Un desnivel muy importante y en muy pocos metros, que nos regaló unas vistas alucinantes del arroyo que a medida que íbamos subiendo, se veía como un pequeño hilo de agua.

Una vez en la parte más alta de Villa Elena y con el paisaje de piedras que caracteriza el filo serrano a altura, avanzamos hacia el tercer desafío: llegar a las taperas de lo que fue El Picaflor, un antiguo puesto de altura. Hoy solo quedan restos de aquella vivienda, custodiada por centenarios mimbres y esbeltos álamos.

Llegamos ya con la tarde bastante avanzada. Cansados, pero con el ánimo bien alto de haber logrado el siguiente objetivo. Todo esto fue posible en gran parte gracias al compañerismo y el aliento de todos hacia el otro.

Desde arriba cargamos nuestras botellas en un pequeño arroyo que está a unos 1800 msnm. Tomamos agua. Nos sentamos unos pocos minutos para descansar y seguimos viaje.

Aún nos quedaba el cuarto desafío: tres horas de descenso por la casi pérdida Cuesta de la Pichica. Arrasada hace varios años atrás por un gran incendio, hoy en día es solo una huella apenas visible entre frondosos arbustos pinchosos.

El cansancio amagaba con hacernos perder la concentración. El sol se escondió y nuestro descenso se extendió por algunos minutos más con linternas y una noche de luna nueva en la que la visibilidad fue disminuyendo.

Cerca de las 20 llegamos a los autos. Con sonrisas cansadas, pero llenas de alegría de una nueva aventura cumplida en plena naturaleza, fue el abrazo de cierre y la vuelta a casa.

Contactos

Germán Romero - Guía de trekking profesional AAGM/UNC (Guía de Trekking de la Asociación Argentina de Guías de Montaña – Universidad Nacional de Córdoba) prestador de turismo alternativo habilitado en riesgo medio y riesgo alto. Socorrista en zonas agrestes.
Facebook: Cerro Blanco Aventura
WhatsApp 2664-668636

 

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