“La materia nos encontró”. Esta frase resume la idea y el motivo de esta exposición. Estábamos trabajando independientemente en una propuesta similar, donde lo gestual, lo espontáneo el empleo de texturas y la exploración de la mancha casi como un símbolo, constituía la búsqueda de una exploración abstracta apartándose de contenidos figurativos para explorar lo sensible, intuitivo, gestual, acercándose más allá de lo formal a una búsqueda espiritual, primigenia. La materia con la que trabajamos nos encontró en las mismas búsquedas. Es como si después de las situaciones de pandemia y la realidad que nos tocó vivir, se repitiera lo que numerosos pintores vivieron luego de las guerras mundiales… y comenzar así una nueva experiencia vivida: pintar sin ningún tipo de trabas, colocando el pigmento según los niveles más profundos de nuestro ser. Parecíamos estar de acuerdo en que se trataba de un objetivo valioso: liberar a la mente humana de toda acción autoritaria represiva. El arte se convertiría así en un método de auténtica autorrealización”, nos cuentan las artistas.

La muestra puede visitarse hasta el 1 de junio en la sala de exposiciones de la Casa del Poeta con entrada libre y gratuita.