Merlo en el recuerdo

Cuando Piedra Blanca decidió caminar sola

En 1940, un puñado de vecinos logró que la Legislatura aprobara su independencia de Villa de Merlo. Seis años después, una nueva ley puso fin al sueño.
lunes 11 de agosto de 2025
Piedra Blanca y su antecendente sobre la autonomía.
Piedra Blanca y su antecendente sobre la autonomía.

Hubo un día en que Piedra Blanca amaneció con la certeza de ser dueña de su propio destino. Era el 11 de diciembre de 1940 cuando la Ley 1687 quedó estampada en los libros de la Legislatura provincial. Con esa tinta, la localidad se separaba de Merlo y nacía un municipio nuevo. El primer comisionado sería Santos Agüero, un hombre al que le tocó estrenar la autonomía soñada por un grupo de vecinos decididos —tres de ellos, legisladores provinciales— que habían trabajado en silencio para lograrla.

Con el sello aún fresco, Agüero pidió a Vialidad Provincial abrir un camino hacia Pasos Malos, con la ambición de prolongarlo hasta El Rincón siguiendo la costa, “tomando el Pantanillo y Barranca Colorada”. La razón era clara: los recursos de la flamante comuna eran insuficientes para semejante obra.

Los primeros años tuvieron un aire de impulso y entusiasmo. En el hotel Piedra Blanca, por iniciativa de Carlos Andriotti y Noé Esteves, se instaló un casino que funcionó dos temporadas, atrayendo curiosos y apostadores. En abril de 1943, la plaza estrenó mástil y rotonda. El acto, con niños formados de las escuelas de Cañada La Negra, El Rincón y Colonia Argentina, tuvo sabor de fiesta y de fundación. En diciembre, el Centro Cultural y Recreativo Piedra Blanca colocó un bar en la rotonda, donde se bailaba y se reunía la gente hasta entrada la noche, bajo la mirada de la sierra.

Tras Agüero, la conducción quedó en manos de Andriotti, hasta que el 24 de agosto de 1944 el interventor Hipólito Olivera asumió simultáneamente la administración de Piedra Blanca y Villa de Merlo. La independencia, aunque vigente en papeles, empezaba a desdibujarse en la práctica.

El 16 de septiembre de 1946 llegó la estocada final: los diputados Miguel S. Flores y Julio S. Flores presentaron un proyecto que derogó la ley de autonomía. En los fundamentos no ahorraron palabras: la escisión había “mutilado la comuna de Merlo, cercenándola con la quita de la población de Piedra Blanca, la más densa de la zona, incluyendo el Pantanillo y avanzando con sus límites hasta el corazón mismo de Merlo, a menos de quinientos metros de la plaza Sobremonte”.

Así, la aventura de caminar sola terminó como un paréntesis en la historia local. Piedra Blanca volvió a ser parte de Merlo, dejando tras de sí un puñado de anécdotas, fiestas, obras inconclusas y un recuerdo que todavía, entre los más viejos, se cuenta como si hubiera ocurrido ayer.

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