“Dejen de mandar gente a robar nuestras boletas”, fue el reclamo airado de un fiscal general de La Libertad Avanza a los fiscales de Unión por la Patria y Juntos por el Cambio. Ocurrió en un centro de votación en Villa de Merlo durante las PASO del pasado domingo. Y ese reclamo se replicó en numerosas escuelas del país. Los de Milei estaban convencidos de que les estaban robando las boletas de los cuartos oscuros, pero en realidad lo que estaba sucediendo es que los estaban votando. Solo lo comprobaron cuando se abrieron las urnas, ante el estupor de las demás fuerzas políticas.

En San Luis, y en particular, en Villa de Merlo, el fenómeno del libertario no se vio venir. Sin estructura local, sin reparto de boletas, con unos pocos fiscales por escuela, la “ola Milei” arrasó en todas las mesas de votación de Merlo. Ni Unión por la Patria ni Juntos por el Cambio olfatearon a los miles de silenciosos ciudadanos que tiñeron de violeta la localidad, la provincia y gran parte del país.

UNION POR SAN LUIS

Unión por San Luis, acoplados a Unión por la Patria para apoyar a Sergio Massa a la presidencia hizo campaña con la conmoción a cuesta por la derrota del pasado 11 de junio, cuando Juntos por el Cambio le arrebató la gobernación. Los candidatos a legisladores recorrieron la provincia, aunque esas visitas no terminaron de movilizar a la militancia. Con la derrota en la mochila, la campaña en las PASO para el peronismo se hizo cuesta arriba. En Villa de Merlo solo algunos dirigentes y militantes de lo que fue el lema Unión por San Luis salieron a la calle a defender el voto por Massa y los candidatos puntanos a legisladores.  Ese puñado de dirigentes se puso la elección al hombro. Otros estuvieron de “brazos caídos”, excusas personales, berrinches políticos que siempre asoman en las derrotas. Además, de aquellos referentes de otros espacios que decidieron no colaborar directamente; referentes que desde hace veinte años han sido candidatos a diferentes cargos electivos y nunca ganaron una elección.

JUNTOS POR EL CAMBIO

En San Luis Patricia Bullrich derrotó en la interna al Jefe de Gobierno de ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta. La candidatura de Larreta contaba con el auspicio y apoyo del gobernador electo, Claudio Poggi, su partido, Avanzar y el radicalismo puntano. A pesar de esos avales, Bullrich salió ganadora. En Villa de Merlo, el intendente, Juan Alvarez Pinto, la UCR, el poggismo y Avanzar jugaron para Larreta, pero fue Bullrich la que se llevó la mayor cantidad de votos de tierra merlina. Sin embargo, la sorpresa para JxC no fue esa derrota que podía ser esperada, sino la paliza electoral de Milei. Superó en todas las mesas a JxC, que vive un tiempo de euforia post triunfo del 11 de junio y la preocupación por la transición. Tal vez esa situación llevó a JxC a confiarse y no trabajar la PASO con el empuje de la provincial. La fatiga electoral juega. El exceso de confianza también. El voto espontáneo y la autonomía del votante demostró que puede elegir determinado candidato para gobernador la provincia y dos meses después votar de manera diferente. Los ciudadanos eligen a sus emergentes políticos y lo demuestran en las urnas.

¿Qué puede pasar?

En octubre, el 22, día del cumpleaños de Javier Milei se votará a presidente. No será el amistoso de las PASO si no el partido por los puntos. UxP atemorizado por el resultado nacional intenta cerrar filas y demostrar musculo político para llegar al balotaje. Sergio Massa carga con esa tarea electoral, pero también con el karma de la economía, la inflación y el dólar blue por los aires. JxC intenta que Patricia Bullrich acierte con la campaña; el discurso y aglutine todos los apoyos del propio espacio para después ir en busca de los demás. Tiene por delante la tarea propia de dar el perfil como candidata a presidente. Milei vive su momento de euforia. De entusiasmo y de no pagar costo político por lo que dice, algo similar a lo que sucedió con Carlos Menem en su primera campaña electoral en 1989. ¿Quién puede parar a Milei? El propio Milei en su versión desbordada y que eso siembre dudas en el electorado. Entonces se sabrá si el 22 de octubre tendrá doble festejo o un día amargo.