Paños fríos
El radicalismo busca retener el ministerio de Turismo y espera un llamado del gobernador

Señales y más señales de diálogo. El radicalismo de San Luis intenta retener el ministerio de Turismo y Cultura, tras el desplazamiento del entonces ministro, Juan Manuel Rigau y el pedido de renuncia a todos los funcionarios de esa área. Esa decisión del gobernador, Claudio Poggi, sumergió a la UCR puntana en crisis. Y los reproches internos afloraron.
El detonante había sido la abstención de dos diputados radicales al votar la Boleta Única de Papel (BUP), proyecto impulsado por el gobierno provincial. Ambos legisladores responden internamente al dirigente radical, Walter Ceballos, que en las últimas horas destacó la labor que llevan adelante los diputados, tras el cuestionamiento por la abstención.
Cuando el gobernador Poggi se enteró del comportamiento de los legisladores radicales, en un tema que considera crucial para el sistema electoral de la provincia, entró en ebullición y decidió descabezar a todo el ministerio de Turismo y Cultura, en manos de la UCR. Y nombró a una funcionaria de extrema confianza, la secretaria de Gobernación, Romina Carbonell, a cargo de ese ministerio.
Desde ese momento, la UCR intenta sellar las cuestiones internas y buscar cómo retomar el diálogo con el gobernador Poggi. Para eso, Alvarez Pinto hizo saber en medios capitalinos la voluntad de acercamiento con Poggi y de sostener el diálogo. Según dijo, el radicalismo tiene ya “consensuado un nombre” para proponer como ministro al gobernador.
Además, hay una preocupación por los funcionarios de segunda línea, todos del radicalismo, que siguen en funciones, pero con la renuncia presentada por pedido de Poggi. La situación de esos funcionarios es de incertidumbre. No se sabe quién será ratificado o a quién se le aceptará la dimisión.
Mientras tanto, se pudo saber de fuentes gubernamentales, que el gobernador analiza en qué tiempo volverá a citar a la UCR para definir el futuro del ministerio de Turismo. Es que existía una observación sobre el funcionamiento del ministerio, cuya gestión no terminaba de convencer a Poggi. Y, por otra parte, surge el interrogante natural si situaciones como la que ocurrió en diputados no volverán a suceder.