Elecciones 2025
Lo que se juega en Merlo en las elecciones de mayo
El segundo domingo de mayo se vota en San Luis. Serán elecciones para elegir legisladores provinciales, concejales e intendentes en algunas municipalidades. Sin embargo, este comicio, por ahora, no despierta entusiasmo. El ciudadano común está sumergido en el día a día, intentando surfear los problemas cotidianos, sobre todo aquellos ligados a la economía. La gran incógnita es si, a medida que se acerque el 11 de mayo, alguna chispa de interés logrará encenderse entre los votantes. Esta apatía contrasta con la urgencia de los dirigentes de cumplir los plazos preelectorales para poder competir.
A partir de este lunes 24 de febrero solo quedarán 16 días para que los partidos y frentes electorales se inscriban ante la Justicia Electoral. El primer plazo clave vence el miércoles 12 de marzo, momento en el que se sabrá cuántos espacios competirán el 11 de mayo en la provincia y en las municipalidades, y qué partidos adherirán a frentes o alianzas. Diez días después, se deberán presentar las listas de candidatos. Por eso, en los distintos espacios políticos hay un movimiento febril y consultas permanentes: el tiempo apremia y las definiciones no pueden esperar. A esta carrera contrarreloj se suma una complicación extra: la falta de internas obliga a que los propios frentes elijan a sus candidatos de manera vertical, aplicando el "dedazo" sin mucho margen para el disenso.
EN MERLO
En Villa de Merlo se renuevan cinco bancas en el Concejo Deliberante. Tres por el lado de coalición UCR - Avanzar, y dos por el sector del peronismo. Esta elección es crucial para definir si el oficialismo local mantiene la cómoda mayoría con la que ha gobernado hasta ahora, o si la oposición logra equilibrar las fuerzas en el legislativo. Hoy, esa mayoría automática —sostenida por la coalición UCR y Avanzar— ha impuesto su criterio sin contemplar demasiado a la minoría. Y en los temas donde no hubo acuerdo, el resultado al momento de levantar la mano casi siempre fue 6 a 4.
Más allá de los nombres que finalmente se propongan para el 11 de mayo, los comicios medirán el nivel de aceptación o rechazo que los merlinos tienen hacia el gobierno municipal. Un gobierno que, además, atraviesa una coyuntura particular: la intendencia interina de Leonardo Rodríguez, quien asumió el cargo tras la decisión del intendente electo, Juan Álvarez Pinto, de aceptar el puesto de ministro de Turismo y Cultura de la provincia. Esta sucesión inesperada, sumada a las ambiciones personales y tensiones internas, ha dejado huella en la coalición gobernante.
La reestructuración también tuvo impacto en el Concejo Deliberante. Con Rodríguez asumiendo el Ejecutivo, el bloque oficialista perdió un escaño y pasó de tener seis concejales alineados a cinco. Sin quórum propio, la fragilidad de la mayoría se hizo evidente.
Por el lado de la oposición, el panorama tampoco es homogéneo. El interbloque "Unión por Merlo" nació con cuatro ediles —tres de origen peronista y uno del socialismo local—, pero no logró sostener una unidad de acción. Desconfianzas, diferencias de alineamientos locales y provinciales, y una falta de articulación política terminaron por desdibujar su capacidad de oposición. Aun sabiendo que la minoría numérica les juega en contra, no supieron capitalizar el valor de ganar la discusión, más allá de la votación. Esa ausencia de una estrategia discursiva sólida terminó por erosionar la fuerza opositora.
Y por delante, la nueva composición del Concejo Deliberante podría deparar sorpresas. Para el oficialismo, retener las tres bancas en juego será una tarea compleja, aunque siempre cuenta con una potencia electoral histórica, en un escenario donde el peronismo, pese a estar aún golpeado por la derrota de junio de 2023, podría recuperar terreno si acierta con sus candidatos.
Los libertarios, en su debut electoral, aspiran a obtener representación en el legislativo local, mientras que el socialismo intentará sumar otro escaño al que ya posee. Cuatro fuerzas políticas disputándose cinco bancas, una configuración que podría redefinir el equilibrio de poder: o el oficialismo mantiene su cómoda mayoría, o se verá obligado a negociar cada decisión. En un contexto que a nadie le sobra nada.
Y eso se sabrá el 11 de mayo cuando los merlinos, al igual que el resto de los puntanos, elijan a sus representantes a través de la Boleta Única de Papel; un método electoral que hará su debut ese día. Al momento de votar, cada ciudadano deberá trazar una cruz que no solo marque una opción partidaria, sino también una esperanza, una protesta o una definición de rumbo.