Un desahogo después de tanta angustia. Esta tarde, se conoció la sentencia por el brutal robo cometido en Los Molles en junio de 2023 y que tuvo como víctimas a un matrimonio de jubilados. La justicia dispuso condenar a Marco Lino Rafaelli a 13 años y seis años de prisión por el hecho que fue calificado como “robo doblemente calificado por el uso de un arma de fuego apta para el disparo y por las lesiones causadas, en concurso real (dos hechos) con el delito de privación ilegítima de la libertad, ambos en calidad de coautor funcional”. De esta manera, Rafaelli suma una nueva condena: Ya está purgando cinco años de prisión por un robo cometido en Merlo en el 2016 y tiene otras cuatro causas pendientes de resolución.

El debate oral y público a cargo del Tribunal integrado por Daniel Sanchiño, Sandra Piguillem y Claudia Uccello se inició la semana pasada. Durante tres jornadas se escucharon los testimonios ofrecidos por la fiscalía, pruebas tecnológicas y científicas. En total, unos veinticinco testigos pasaron frente a los jueces. Por su parte, la defensa había ofrecido dos personas para que testifiquen y ligadas al entorno íntimo del acusado.  Y este martes, ambas partes ofrecieron sus alegatos de clausura.

EL HECHO

El acusado de 38 años, Marco Lino Rafaelli, fue detenido por el robo que tuvo lugar el 24 de junio de 2023 en la calle El Talar al 100, en la localidad Los Molles. Ese día, un matrimonio de personas mayores, de 65 y 67 años, reportaron que alrededor de las 20:30, dos individuos con pasamontañas ingresaron a su residencia, los ataron y cubrieron sus rostros con una manta. Ambos delincuentes estaban vestidos totalmente de negro, para mimetizarse con la noche. Un disfraz previo como parte del plan.

Según la fiscalía, con las víctimas ya reducidas, uno de los agresores disparó con la intención de amedrentarlos, posiblemente usando un calibre 38,  y tras registrar toda la vivienda, se llevaron dinero en moneda nacional y estadounidense, teléfonos celulares, las llaves de un automóvil y un neceser.

Pero el robo también tuvo su costado de saña y violencia: al hombre atado con un cinturón y tirado al piso, indefenso, el delincuente que llevaba la voz cantante le pegó una patada brutal, que le quebró tres costillas. Y a la mujer, que sufre cáncer, le puso el pie en la cabeza.

Gracias a una aplicación en uno de los teléfonos de las víctimas, se pudo rastrear la ubicación del dispositivo, que resultó ser la casa de barrio 131 Viviendas donde vive Rafaelli en Villa de Merlo. Durante un allanamiento en dicho domicilio, la Fiscalía recuperó los teléfonos, la llave del automóvil y el DNI de uno de los afectados; elementos todos que estaban adentro del neceser robado y que el sospechoso había escondido en un pilar de su casa. Rafaelli fue detenido en ese allanamiento, a pesar de tratar de escapar.

ALEGATOS

“Hubo un plan. Y se hizo inteligencia previa”, dijo el fiscal Mario Zurdaire durante el alegato condenatoria. El fiscal hizo un primer relato del hecho desde el momento en que los delincuentes ingresaron a robar y el modo en que lo hicieron, similar a otros hechos ocurridos en la zona. La fiscal Débora Roy Gitto fue la encargada de explicar al tribunal la pesquisa y cómo se atrapó a Marco Lino Rafaelli a través de un celular. De esa manera lo ubicó en el lugar del hecho. La fiscal además desbarató la coartada que intentó la defensa a través del testimonio de la amante del acusado, que mostró mensajes con Rafaelli en la supuesta hora en que fue el robo. Esa declaración fue duramente fustigada por el representante de la querella, que consideró que la mujer cometió “falso testimonio”. El doctor Alcides Becerra, representantes de las víctimas, pidió a los jueces una condena ejemplar a Rafaelli, “la persona que más robos y más daño causó a Los Molles y Merlo”. Becerra reclamó que sea sentenciado a 18 años de cárcel Rafaelli al cerrar sus palabras.

La defensa por su parte argumentó que las pruebas contra Rafaelli fueron obtenidas de manera “ilegal”, “ilícita”. Y atacó los yerros de la investigación. Además, consideró que lo actuado había sido “nulo”. “Lo actuado va en contra de la ley, toda la investigación está viciada desde el inicio”, dijo, Marcos Juárez, uno de los abogados defensores. “A lo sumo será un encubrimiento agravado lo que le cabe a Marco Lino Rafaelli”, dijo Juárez. El codefensor, dio veracidad a los dichos de la testigo, Paula Rossini, que estuvo esa noche con Rafaelli y entregó capturas de pantalla de los mensajes intercambiados ese día, para avalar que el acusado estaba con ella al momento del robo.

RAFAELLI

Tras los alegatos de la fiscalía y la defensa, el tribunal le dio la palabra final al acusado. Rafaelli asumió que tiene “diferencias” con la policía y que por eso le “quebró” los brazos a dos de ellos años atrás en una pelea en la calle. Y dijo que a partir de esas violentas diferencias la policía lo acusan a él de todo los robos que suceden en Merlo y las localidades de la Costa de los Comechingones.

El acusado dio muestras de tener muy buena memoria para los nombres y apellidos de cada policía; retener marcas de autos y patentes. También, Marco Lino Rafaelli, citó a pasajes de la biblia durante sus palabras de descargo ante los jueces y mencionar a las víctimas. Y les recomendó que lean “las sagradas escrituras”: Salmo 4.8, San Juan 21.8.32 y Jeremías 33.3 para que estén más “tranquilos” y “sin miedo”.

Sobre el final del descargo, habló de su posición económica solvente a través del patrimonio de su mujer y que no necesita “robar un celular” o “un auto” y que tiene todo el dinero en blanco. Las palabras de Rafaelli destruyeron su propia defensa. Y así parecieron entenderlo los jueces, que le impusieron una dura pena.