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Aventura en las sierras

La inolvidable experiencia de hacer cumbre en el Cerro Champaquí

Tras un trekking durísimo y de muchas horas, llegamos al punto más alto de las sierras centrales del país. Un escenario natural imponente, repleto de historias, desafíos y misterios.
miércoles 14 de diciembre de 2022
La inolvidable experiencia de hacer cumbre en el Cerro Champaquí
Cumbre del Champaquí
Cumbre del Champaquí

El cerro Champaquí, con sus 2790 msnm, es el punto más alto de las sierras centrales del país. Está ubicado en el sector más occidental de las sierras grandes de Córdoba. Es el limite austral de la Pampa de Achala. Al este de la cumbre está el Valle de Calamuchita, al oeste el Valle de Traslasierra.

Una de las teorías más aceptadas que justifican el nombre dado por los antiguos es que Champaquí en lengua indígena significa “agua en la cumbre” y que fue bautizado de esa forma por tener en su cima una hermosa laguna.

 Hasta allá llegamos con el guía de trekking Germán Romero y un grupo de merlinos y gente de Sampacho.

DIA UNO: LA PAZ DEL REFUGIO

En la tarde del sábado 3 de diciembre salimos desde Villa de Merlo rumbo a Las Rosas, Traslasierra. Dejamos los autos en un lugar muy cerquita de las sierras y caminamos una hora con las mochilas bien cargadas rumbo al refugio “Vaikuntha”.

Con los últimos rayos del sol llegamos al refugio que está al lado de un rio y en medio de un bosque con enormes rocas. Un predio repleto de frutales, con una gran huerta, diferentes casitas de adobe, mucha naturaleza, un corral con curiosas llamas, y una paz atrapante.

En medio de las sierras, en plena naturaleza, sin electricidad y con otro ritmo, daba por momentos la sensación de estar en un tiempo paralelo, diferente al que acostumbramos.

Una vez instalados armamos las carpas, ordenamos las mochilas para lo que sería el ascenso al Champa (esta vez con mucho menos peso). Aprovechamos el rio para juntar coraje y bañarnos, aunque ya no hubiera sol, y más tarde fuimos a cenar al comedor donde nos esperaban a la luz de las velas con ricos platos veganos.

Durante la cena supimos que, de las varias formas de acceder a la cumbre del Champa, la que haríamos al día siguiente por “el Hueco”, es también conocida dentro del ambiente del trekking como “la ruta de los gladiadores”. Ante tal desafío y después de algunos bocados de Mantecol, nos fuimos a descansar.

DIA DOS: LA MENTE EN EL JUEGO

El domingo nos despertamos cuatro y media de la madrugada para empezar el ascenso bien temprano con temperaturas más agradables.

Germán nos preparó un desayuno digno de gladiadores. Lo compartimos casi en silencio y con la luz de las linternas, mientras preparábamos las mentes para lo que venía.

Salimos del refugio a las 5:30, por un cerrado laberinto de helechos que nos llegaba al pecho. Uno de los perritos del refugio se sumó a nuestra aventura.

A lo largo del camino nos maravillamos con las ollas y pequeñas cascadas del rio, un frondoso y añejado bosque de enormes tabaquillos. También con un nacimiento en plena sierra.

Nos encontramos con una vaca pariendo a su cría. Lo más hermoso es que a medida que iba saliendo, el ternero mantenía un dialogo con su madre que le contestaba mientras continuaba su labor de parto. Un momento intimo que pudimos presenciar en un entorno único.

Seguimos camino y después del bosque, cuando hacia alrededor de dos horas que habíamos salido del refugio, llegó la parte de mayor exigencia. El terreno empezó a ganar cada vez más inclinación y más piedra suelta.

Cada paso se empezó a hacer más pesado. En este punto comenzamos a sacar nuestra fuerza interior, luchando por no perder la motivación y las ganas de alcanzar nuestra meta. Cada uno tenía su batalla, el desafío es con uno mismo y se notaba porque de a poco el diálogo entre nosotros fue cada vez más pausado.

Si algo nos enseñó el Champaquí es que la ansiedad se la deja abajo. Es un lugar que te pone a prueba y te filtra desde el inicio. Ahí cuenta cada paso, y cuenta desde dónde lo hagas. Exige presencia y disfrutar del recorrido.

El perrito del refugio con su altura diminuta y una pata quebrada mal curada, nos dio catedra. Fue todo el tiempo un fiel compañero, aunque por momentos con un carácter un poco cuestionable. Si parábamos a descansar se enojaba, nos ladraba y gruñía, haciéndonos soltar la risa.

El ascenso nos fue premiando con panorámicas de pampas, bosques, lagos y valles. También con dos cóndores curiosos que se acercaron para deleitarnos con su vuelo, haciendo diferentes figuras en el cielo y golpeando con sus potentes alas en el viento.

GLORIOSA CUMBRE

Después de seis horas y media de pleno ascenso, logramos pisar la cumbre. Una emoción difícil de poner en palabras. Ver las caras de los compañeros y compartir los abrazos de la primera parte del objetivo cumplida, fue hermoso.

Ahí en lo más alto del centro del país, con vista a la laguna custodiada por una corona de cuatro puntas de cumbre compartimos el almuerzo y descansamos un buen rato, incluso algunos aprovecharon a dormir una siestita reparadora.

SIEMPRE UN POCO MAS

Si algo caracteriza a Germán es que siempre apuesta a ir por más. Aun cuando todos ya estábamos maravillados, decidió proponernos caminar unos pocos minutos más para ir al “balcón”. Lo seguimos y llegamos a una ventana natural de piedra muy grande, donde se veía todo el Valle de Traslasierra. Una maravilla.

LA BAJADA, MÁS DESAFIANTE QUE LA SUBIDA

Después vino la parte más difícil de todas…el descenso, con mucha pendiente y piedra suelta, un terreno poco amistoso para transitar con las piernas flojas y un poco torpes por la fatiga muscular. Fueron varias horas de poner mucha atención al camino, al cuerpo y a la cabeza.

Con mucho trabajo en equipo y altas dosis de paciencia logramos avanzar. En unas cinco horas llegamos nuevamente al refugio. Quedaba desarmar las carpas, reordenar las mochilas, darse una ducha rápida y caminar otra hora hasta los autos con las ultimas luces del día.

LA CUMBRE ESTÁ ABAJO

Fue una experiencia durísima que nos dejó preciosas enseñanzas. Una de ellas es que no se festeja antes de tiempo, porque la verdadera cumbre está abajo.

Sin dudas Germán fue pieza fundamental para que cada uno de nosotros lograra cumplir ese desafío. No solo por la guiada, sino por cada recomendación, cada palabra desde el comienzo y cada descanso. Los chistes en los momentos claves para descontracturar, los cambios de dinámica en la fila de avance para motivar. Todo ayudó a alcanzar el objetivo juntos como equipo.

Una experiencia que quedará tatuada para siempre en cada uno de nuestros corazones. Y un logro que nos propone pensar en próximos desafíos… ¿tal vez sea hora de probar un ambiente cordillerano? ¡Lo veremos más adelante!

 

 

Contactos

Germán Romero - Guía de trekking profesional AAGM/UNC (Guía de Trekking de la Asociación Argentina de Guías de Montaña – Universidad Nacional de Córdoba) prestador de turismo alternativo habilitado en riesgo medio y riesgo alto. Socorrista en zonas agrestes.
Facebook: Cerro Blanco Aventura
WhatsApp 2664-668636

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