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Capitán de pájaros
Algarrobo de los Agüero, Algarrobo Abuelo
El árbol y su entorno representan un espacio de difusión del arte, historia, poesía y plena conexión con la naturaleza.
Es un espacio de tradición familiar desde antes de 1700, que ya va por su novena generación de Agüero’s a cargo. Cada generación le va dando su enfoque e impronta. En la actualidad el espacio es cuidado por Regina, Gala y Dalmiro Agüero Ramírez. Hijos de la artista plástica Beatriz Nora Ramírez (que es parte y gestora, además de ilustradora de los poemas de Agüero) y el recordado y querido filosofo Orlando Agüero Adaro.
A lo largo de los años el lugar fue mutando como Algarrobo de los Agüero, como punto de referencia, posta del camino real, punto de encuentro, lugar de ceremonias familiares y de reunión del pueblo. Espacio donde el poeta Antonio Esteban Agüero (de la sexta generación de Agüero’s) iba desde chico y fue uno de los escenarios de mayor inspiración para su obra. En ese entonces a partir de sus poemas, el lugar empieza a tomar el nombre de Algarrobo Abuelo.
Históricamente “los Agüero vinieron desde España como familia conquistadora en la corriente colonizadora del norte, llegaron con escudo de nobleza incluso. Invasores y colonizadores arrasando con todo. Parte de lo que hoy recibimos como herencia viene de ese origen. Es una herencia pesada. Manchada con sangre de conquistador”, reflexionó Regina en dialogo con Infomerlo.
“Pero después la misma familia se mimetizó con los aborígenes y hay como en la mayor parte del país una coctelera de genes. El lugar pasó desde la conquista y escudo de nobleza, a mimetizarse con los aborígenes, a ser tradición criolla, patio folclórico, posta del camino real, patio de armas de las tropas del Chacho Peñaloza… Toda esa parte tan trágica en contraste con la parte más etérea de la vida y amorosa con los poemas de Agüero”, repasó.
“Ahora incluso es centro de meditación. Hay mucha gente que llega acá en búsqueda de una conexión espiritual y aprovecha el escenario para prácticas de yoga o meditaciones”, dijo.
El espacio “va transmutando a lo largo de las generaciones y el sentido que le va dando cada una. Hoy nos toca a nosotros darle un nuevo sentido a algo que tiene un bagaje histórico re diverso. Hay que estar atentos a ver qué es lo necesario en este lugar en este momento”, señaló.
El Algarrobo Abuelo y su entorno natural de dos hectáreas, es una reserva y monumento histórico que, pese al paso de los años, si algo mantiene intacto el silencio y el contacto pleno con la naturaleza. Con el avance de la civilización ya en pocos espacios se encuentra ese silencio absoluto. Solo se interrumpe con el canto de cientos de pájaros de varias especies que aportan su magia a la mística del lugar. Como bien lo indicó el Poeta cuando lo llamó “Catedral de los Pájaros”.
El nombre “Capitán de pájaros” de la fundación, es el nombre de uno de los reconocidos poemas del Poeta. La fundación se cuida el espacio y la vida del árbol. Con mucho trabajo y esfuerzo se mantiene control de las plagas, del clavel del aire, las hormigas, las hojas, la humedad, el riego, todo.
El imponente Algarrobo pasó los más variados climas. Hasta un rayo le cayó al medio y aún sigue en pie. A lo largo de su vida albergó infinidad de niditos de aves, incluso lechuzas que despertaban la curiosidad de los turistas hace muy poco tiempo.
Los visitantes pueden pasar el día en el lugar. Pueden ir con sus viandas, equipo de mate, libros, cámaras y mat de yoga. También hay ofertas de bebidas y algunos alimentos que se pueden comprar allí.
