Aterrizaje de emergencia en un campo de Concarán

En términos técnicos de aviación y para la Junta Nacional de Accidentes, lo sucedido ayer a la tarde en un campo cerca de Concarán, fue un incidente menor. Para Luca Cometta y Josue Lucañes, los pilotos graduados en la escuela provincial y que iban al mando del Avión Cessna 172, fue primero un pequeño susto porque se le llenó de humo la cabina. Y segundo un curso intensivo de qué hacer durante estos desperfectos y tercero una gran satisfacción porque el aterrizaje poco común salió a la perfección.

La aeronave había salido del Aeropuerto del Valle del Conalra en una de las tantas prácticas de vuelo hacia la zona de Córdoba, cuando de repente el humo comenzó a invadir la cabina, debido a que se quemó la batería  y allí comenzó la pequeña odisea.

El  director del Centro de Instrucción de Vuelo (CIV), Gustavo Ciarlo, explicó: “La tarea de los pilotos fue más que correcta, en caso de humo en la cabina, la primera acción del piloto es buscar un campo que esté apto y aterrizar de inmediato, y eso hicieron. Se ayudaron mutuamente y lograron completar una gran maniobra”.

“Ante cualquier incidente, por mínimo que sea se debe activar el protocolo de seguridad, darle intervención a Bomberos, la Policía y convocar a una ambulancia. Personalmente me acerqué hasta el campo, reemplazamos la batería dañada y con la autorización de la Junta Nacional de Accidentes despegué y volví volando al aeropuerto de Santa Rosa del Conlara”, agregó el Director del CIV.

Cometta y Lucañes, dos jóvenes que se graduaron en 2015 de pilotos privados y en 2016 de pilotos comerciales, recibieron una felicitación por la manera en la que desempeñaron el procedimiento de aterrizaje. (el diario de la república)