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Derechos Humanos

Identifican restos de desaparecido argentino y la noticia repercute en Villa de Merlo

Los restos del músico y militante político, José Agustín Potenza, fueron identificados en Paraguay donde fue asesinado y enterrado en una fosa común. Su hija mayor, Silvia Potenza, vive en Villa de Merlo y dio detalles sobre el hallazgo.
viernes 09 de septiembre de 2016
Hallazgo
Silvia Potenza en diálogo con infomerlo al saber del hallazgo de los restos de su padre.
Silvia Potenza en diálogo con infomerlo al saber del hallazgo de los restos de su padre.

“Yo recuerdo a mi papá vinculado a la música, a sus actuaciones en cantinas o clubes en Buenos Aires, viajando por el país con su grupo; con su habilidad de siempre para tocar teclados, la acordeón a piano  o la batería. Era un gran músico y le gustaba la política: era militante peronista”. Quien habla es Silvia Potenza, la hija mayor de José Agustín Potenza secuestrado en Uruguay por un grupo de tareas que respondía a Alfredo Stroessner, en el marco del Plan Cóndor, y que se convirtió ayer en el primer desaparecido argentino en ser identificado por Paraguay.

Silvia vive en el barrio 207 Viviendas de Villa de Merlo desde diciembre de 2007. Tiene cinco hijos, de los cuales cuatro trabajan y viven en la villa turística. También tiene seis nietos. “Todos aman a Merlo”, dice Silvia en su entrevista con infomerlo.com.  Su padre había nacido en Floresta el 23 de abril de 1928 y se llamaba José Agustín Potenza. Su madre le decía y lo llamaba por su segundo nombre, Agustín. Sin embargo, para todos o casi todos Potenza no era ni José ni Agustín, era “Johnny Blac”, el nombre artístico con que era conocido y que estaba grabado en su acordeón a piano.

Potenza se abrazó al peronismo durante la Revolución Libertadora, cuando fue perseguido: salvó su vida de milagro al conseguir refugio en la embajada de Nicaragua, de donde saldría vestido de mujer, con la ayuda de un cuñado. En una ocasión se escondió en un altillo de la casa que compartía con Rosa Parada, su compañera de entonces, y con sus cuatro hijos, cuando un grupo de uniformados entró por la fuerza a buscarlo.

Con las fuerzas represivas pisándole los talones, Potenza decidió que era buen momento para viajar a Uruguay, donde permaneció exiliado dos años. De regreso a la Argentina, continuó su carrera de músico: hacía giras, se presentaba en cantinas como Sotto il Ponte y Spadavecchia. Llegó a trabajar en la Biblioteca del Congreso de la Nación hasta que lo cesantearon en 1976. “También tuvo trabajos en distintos comercios, como en una zapatería”, recuerda Silvia.

Ella como hija aún está conmocionada por la noticia. Es la mayor de cuatro hermanos y fue la que accedió al análisis de sangre para determinar la identidad de los cuerpos encontrados. Silvia dice que la comunicación oficial sobre la identificación de los restos de su padre la hicieron a través del Equipo Argentino de Antropología Forense con mucho cuidado y contención al tener que comunicar algo “tan profundo como doloroso”. Silvia aún se muestra conmocionada por la revelación y deberá atravesar un puente hacia un reencuentro y la inhumación de los restos de su padre, asesinado hace 39 años lejos de su país. 

SECUESTRO

Al momento de ser detenido, Potenza era pareja de Rafaela Giuliana Filipazzi Rossini, ciudadana italiana radicada en Argentina que desapareció con su compañero y fue identificada la semana pasada junto a Miguel Angel Soler Canale, secretario general del Partido Comunista paraguayo. Por segunda vez en los últimos diez días, la Dirección de Memoria Histórica y Reparación (DMHR) del Ministerio de Justicia paraguayo anunció la identificación de represaliados por la dictadura paraguaya, un hecho histórico para los organismos de derechos humanos y la búsqueda de Verdad y Justicia en Latinoamérica.

Silvia cree que su padre y Filipazzi Rossini, a quien todos llamaban Giuliana, iban rumbo a Paraguay cuando fueron detenidos. “Del hotel Hermitage, en Montevideo, se los llevaron por la fuerza a Paraguay”, dice. Nunca más supieron de ellos, hasta que restos humanos hallados en una fosa común dieron con algunas pistas.

IDENTIFICACION

Patricia Bernardi trabajó como integrante del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) en la identificación de José Agustín Potenza y de Rafaela Giuliana Filipazzi Rossini. Según la antropóloga forense, los restos de ambas personas, al ser encontrados, no presentaban evidencias de lesiones. “Por eso decimos osteológicamente indeterminados. Estaban vestidos y la preservación de los esqueletos era buena. Teníamos sangre de los familiares, que obtuvimos gracias a la Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Personas Desaparecidas”, cuenta la especialista.

Asimismo, Bernardi señala que la Dirección de Memoria Histórica paraguaya sostenía –como hipótesis– que los restos podían ser de ciudadanos argentinos. “Por eso pedimos a nuestro laboratorio en Córdoba que comparara esas muestras de sangre con las de Potenza y Filipazzi. Y ambas salieron con el 99,99 por ciento”, señala la antropóloga forense.

 

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