La apacible localidad de Concarán se vio sumida en el caos en horas recientes, cuando una violenta tormenta azotó la región con ráfagas de viento que superaron los 110 kilómetros por hora. Los estragos fueron de proporciones devastadoras, con voladuras de techos en diversas viviendas, destrozos generalizados y la caída masiva de árboles que sembraron el pánico entre los vecinos.

La pesadilla se desató en la noche, cuando los vientos huracanados barrieron la ciudad, dejando a su paso una estela de desorientación y miedo. Desde la caída de motociclistas hasta ramas descontroladas que amenazaban a transeúntes indefensos, la tormenta desató el caos en las calles. Vehículos chocando en un intento frenético por escapar, árboles arrancados de raíz, viviendas despojadas de sus techos como hojas al viento, ventanas y puertas destrozadas por la implacable presión atmosférica; la ferocidad del clima no conoció límites.

El cuartel de Bomberos Voluntarios, por ironías del destino, no fue inmune al furor de la tormenta, con la voladura del techo del galpón que resguarda sus vehículos de emergencia. La escena, marcada por la falta de energía eléctrica debido a la caída de postes, calles anegadas y vecinos resguardando a quienes se vieron afectados, dibuja un cuadro desolador.

El saldo de este fenómeno meteorológico no se limita a pérdidas materiales, sino que también abraza la dolorosa realidad de numerosas familias convertidas en víctimas. Bomberos, policía, personal de salud, Edesal, municipales y el apoyo solidario de bomberos voluntarios de otras localidades se despliegan sin descanso en una tarea titánica en esta madrugada de diciembre, a escasos días de las festividades de fin de año. 

(redacción - Radio G)