Traslasierra
La familia pionera que volvió a un encantador pueblo entre las sierras para construir una posada y bodega

La historia de la familia Jascalevich es un relato fascinante de amor por la tierra y la revalorización de las tradiciones locales.
En 2001, Alejandro Jascalevich, junto con su esposa Coca y su hijo Nicolás, decidieron regresar a San Javier, un encantador pueblo en las sierras de Córdoba.
La conexión de la familia con San Javier se remonta a hace cien años, cuando el abuelo de Alejandro se instaló en este pueblo. “Mi abuelo era oriundo de Merlo, San Luis, era dentista y militante radical. El partido lo mandó hasta aquí en la década del ‘20, cuando había muy poco en la región, aquí nacieron mi mamá y mis tíos”, cuenta Alejandro Jascalevich, arquitecto.
Aunque luego se mudaron a Buenos Aires, el recuerdo de las sierras y su amor por la región nunca desaparecieron. Después de décadas sin contacto con la zona, Alejandro tuvo la oportunidad de trabajar en la remodelación de un hotel en San Javier como arquitecto, lo que revivió su interés por este lugar. Convenció a su familia para comprar un terreno y construir una casa para vacaciones, que más tarde se convirtió en la hermosa hostería Las Jarillas.
La construcción de la hostería y la bodega refleja un profundo respeto por la naturaleza y la arquitectura local. Alejandro se inspiró en los ranchos de la región para el diseño, utilizando materiales autóctonos como jarilla para los techos y maderas de quebracho colorado, blanco y algarrobo para las vigas. También reciclaron materiales de antiguos ranchos de la zona, dándole a cada objeto una historia única.
Nicolás, el hijo de Alejandro, desempeñó un papel crucial en revivir la tradición vitivinícola en la región. Después de trabajar en el extranjero en el campo del enoturismo, decidió plantar diferentes cepas y comenzar la producción de vino en 2008. A pesar de los desafíos iniciales, han logrado establecer la marca El Noble, produciendo vinos premiados y contribuyendo a revitalizar la viticultura en Traslasierra.
Además de su éxito en la industria del enoturismo, la familia destaca las ventajas de vivir en San Javier, resaltando la calidad de vida, la libertad para los niños y la tranquilidad que ofrece esta región.
La familia Jascalevich es una familia pionera que regresó a San Javier, conectando cinco generaciones con esta hermosa región y contribuyendo al desarrollo del enoturismo y la revitalización de la tradición vitivinícola en Traslasierra. Su amor por la naturaleza y el respeto por las tradiciones locales han dado lugar a la hermosa hostería Las Jarillas y la exitosa bodega El Noble.
(Fuente: La Nación)