La Universidad Provincial de Oficios (UPrO) marcó un nuevo hito en su compromiso por llevar la educación técnica a cada rincón de la provincia de San Luis. En un acto significativo, se inauguró la flamante sede en Tilisarao, donde los estudiantes iniciaron sus clases este miércoles.

La visión de proporcionar igualdad de oportunidades y ascenso social se materializó con la apertura de esta moderna extensión. La educación pública en el interior de la provincia ahora se erige como símbolo de hospitalidad, gratuidad, trabajo e inclusión.

Yanela Castillo, inscrita en la carrera de Operador de Maquinaria de Precisión para la Producción, expresó su emoción y expectativas: "Es una alegría inmensa contar con esto en nuestra hermosa ciudad. Siempre esperábamos tener la posibilidad de acceder a un título".

La cercanía de la formación de calidad es un punto destacado para los estudiantes. Diego Barzola, quien se embarcó en la Tecnicatura en Soldadura Avanzada, compartió su perspectiva: "Estamos estrenando todo y lo mejor es que está cerca. Se trata de instalaciones y carreras del futuro que nos permitirán tener salida laboral en cualquier lugar".

Nadia Marina Cavallera, coordinadora de extensión áulica en Tilisarao, subrayó la importancia de la educación en oficios para la inserción laboral inmediata. Destacó que se provee a los estudiantes de todo el material necesario, incluyendo elementos de seguridad personal para trabajar en los talleres. Además, resaltó el equipamiento de vanguardia en los talleres de la UPrO.

Con la apertura simultánea de 8 instituciones en toda la provincia, la UPrO amplió su alcance. Cada estudiante pudo acceder a una amplia oferta académica en diversas sedes. "Las puertas de nuestra Universidad Provincial de Oficios están abiertas para toda la región y proyectamos un ciclo lectivo 2024 colmado de estudiantes", afirmó Cavallera.

La UPrO en Tilisarao se une a la misión de la universidad de formar y transformar, consolidando su presencia en el territorio puntano como un símbolo de progreso y desarrollo colectivo e individual en Latinoamérica.

Redacción / ANSL