Dolidas. Esa era uno de los sentimientos que atravesaba a las integrantes de la Asociación Amigos de Merlo al exponer en la Banca del Vecino las diferencias con el Ejecutivo Municipal. Y ese dolor estaba relacionado con declaraciones radiales efectuadas por el intendente, Juan Alvarez Pinto, que en pleno conflicto con Amigos de Merlo había asegurado que la asociación quería “echar” a los artesanos del paseo que ocupaban desde hace años. Macarena Montivero, presidenta de Amigos de Merlo, aseguró ante los ediles que eso era totalmente falso y que jamás se les hubiera ocurrido esa acción.

Las diferencias entre el municipio y Amigos de Merlo parecen estar planteadas tras un pedido que hizo la asociación para que se aprueben los planos del edificio para poder acceder a la instalación de gas natural. Esa aprobación está pendiente desde hace dos años y desde Amigos de Merlo no encuentran motivos para esa postergación. Montivero, -tras una introducción para detallar el trabajo de la comisión durante estos últimos años, y repasar las actividades culturales que se han hecho en el espacio-, explicó las idas y vueltas para alcanzar un acuerdo con el Ejecutivo, la falta de palabra de la secretaria de Cultura y otras manifestaciones que no ayudaron a un entendimiento.

Montivero también dijo ante los concejales que habían solicitado pedir la Banca del Vecino para exponer de manera pública esta situación y que no querían reuniones a puertas cerradas con funcionarios o concejales. Este pedido de utilizar la Banca del Vecino había sido dilatado por los concejales del oficialismo en la última sesión de agosto, porque había surgido una instancia de “mediación judicial” entre las partes. Ayer el tono de los concejales tanto de la UCR como del poggismo fue claramente otro.

La pregunta que surge de manera casi natural es qué ha sucedido para que dos instituciones ligadas al pueblo, como es el municipio y Amigos de Merlo, ambas con fines comunitarios y de raigambre popular, terminen de zanjar sus diferencias en el ámbito de una mediación judicial. Es la manifestación más clara del fracaso de la política del diálogo y la búsqueda de consenso, que siempre debe partir del Estado por el poder que detenta.

Ayer desde la Banca del Vecino, las integrantes de Amigos de Merlo reconocieron en el Jefe de Gabinete, Bruno Mini, los esfuerzos y el “tono” diferente para poder terminar con el conflicto. La cuestión está centrada en la servidumbre de paso que atraviesa la propiedad desde la calle Becerra hasta Pringles. El municipio quiere que ese corredor quede asegurado de manera legal para que las personas puedan circular libremente. Sí así queda plasmado la aprobación del plano sería inminente. Además, se le pide a la asociación que habilite el espacio de manera formal.

FELICITACIONES

Tras las exposiciones, la concejala de la UCR, Ana María Nicoletti expresó su postura. Felicitó a las integrantes de Amigos de Merlo por la labor cultural, la apertura del espacio para las manifestaciones del arte y abogó para que este principio de acuerdo que parece surgir de la “mediación” se termine de concretar y que finalice el conflicto. En igual sentido se manifestaron los concejales del peronismo, Gastón Fonseca y Mariano González, que trajeron a la memoria la trayectoria de Amigos de Merlo y los fines que tuvo esa entidad desde su creación. Felicitaron por el trabajo cultural que se viene ejecutando.  La concejala del poggismo, Patricia Morandé, también habló en un tono conciliador y felicitó a Amigos de Merlo.

Los ediles acordaron ser “garantes” de que el acuerdo entre la municipalidad y la Asociación se lleve a cabo, como también se comprometieron a ver los motivos por la postergación del plano, que impide a Amigos de Merlo acceder a tener gas natural. La Banca del Vecino de ayer también mostró un cambio de actitud de los ediles del oficialismo, -al igual que la semana pasada cuando se planteó las diferencias de un grupo de ambientalistas con la obra del azud-, en el sentido de ser receptivos hacia los vecinos o entidades que quieren expresar sus diferencias con el Ejecutivo. Esa postura no había sido así en otras sesiones, donde con excusas se postergaban o dilataba el uso de la Banca del Vecino, cuando quien la solicitaba era para exponer críticas al municipio. Quedó demostrado una vez más, que el escucharse es necesario y que en política como en la vida hay que saber ponerse en los zapatos del otro.