Son parte del grupo “El Badén”. Dicen que el nombre se los dio una anécdota en el camino al Dique la Huertita. Hay un badén con musgo que es muy patinoso y en un viaje, todos se cayeron. Por suerte fue solo algo anecdótico y resultaron ilesos. La experiencia más allá de unirlos en una gran amistad, les bautizó el grupo.

A las salidas que organizan se suman motociclistas de todas las edades, pero ellos tres son los que siempre tienen más energía y arengan al resto para salir. “No se pierden ni una”, aseguraron otros participantes del grupo.

“El grupo fue surgiendo por contacto entre amigos que les gusta hacer escapadas en moto. Generalmente no nos alejamos mucho más que a unos 200 kilómetros de Merlo para poder volver en el día”, contaron a Infomerlo. “El grupo se formó en 2020 y no pudimos programar más que viajes cerca, hacer asados o comer en los lugares de destino”, agregaron. Durante las restricciones por la pandemia se fueron adaptando a las limitaciones de circulación y hace pocas semanas pudieron volver a salir a las rutas.

Jorge, Miguel y Enrique usan motos Custom (chopper) y más de una vez se metieron en caminos no tan aptos para ese tipo de vehículo, han hecho fuerza para manejar sus motos y pasaron fríos y tormentas más de una vez. En cada salida suman una nueva aventura. “Los días de salida son preferentemente los sábados y nos comunicamos por el grupo de WhatsApp. Nos juntamos en la Axion a las 10 de la mañana y después salimos al lugar que consensuamos”, compartieron.

Juntos recordaron algunas anécdotas como la vez que Jorge cruzó un arroyo crecido, cuando “incluso otros más jóvenes y con motos las altas no se animaron”. O cuando se metieron en la Mesilla del cura “por un camino de tierra en el que había que cruzar vados profundos, barriales, con una gran tormenta acechando”.

También una tormenta de granizo que los sorprendió San Martín, o cuando uno fue llevado a remolque por “El Alemán” desde la quebrada de San Vicente. Mismo que sucedió con Walter desde el dique San Pedro.

El grupo de abuelos moteros lleva a cada salida todo el equipo para solventar cualquier desperfecto: desde herramientas hasta cuerdas para remolcar, incluso una parrilla para algún asado que surja por el camino. Van preparados para todo.

Lo más importante es que tienen un pacto de compañerismo y amistad donde nadie queda solo. Siempre se trata de que todos vuelvan con sus máquinas sanos y salvos.

Comparten el espíritu motero de camaradería con sus compañeros y con otros motociclistas que cruzan en el camino. “Si en la ruta hay una moto con el casco apoyado atrás sobre la ruta, significa que es alguien que necesita ayuda”, dijeron y aseguraron que siempre paran para pasarles nafta o dar una mano con el problema que tengan, para que puedan seguir su viaje.

Ahora proyectan un viaje de cinco días en el que van a recorrer varias provincias. “Aún no tenemos una fecha programada, pero en cada salida charlamos sobre ese tema y estamos muy motivados para hacerlo”, dijeron.