Un merlino y su aventura en pausa por la pandemia

Marcos Cernadas partió desde la Villa de Merlo rumbo a Alaska el 20 de junio de 2019. No sabía que la ruta lo sorprendería con una compañera, Soledad de Simone que se sumó a pedalear con él. Ahora ambos están en pausa por el avance del Coronavirus.

“Llegamos el 10 de marzo a la Isla do Mel, ubicada en Pontal do sul, estado de Paraná. No sabíamos si cruzar a la isla por el costo del barco… teníamos el dinero justo. Fuimos igual porque confiamos en un dato que personas del camino nos dieron y era que en un camping en la isla íbamos a poder hacer intercambio de trabajo por el espacio para quedarnos”, contaron los chicos a Infomerlo.

“Llegamos y así fue. En el Camping Do Gaucho, Eli (la encargada) nos dejó quedarnos haciendo tareas de mantención y limpieza del camping. El lugar muy agradable, compramos lo indispensable para comer y ahí quedamos, hasta el fin de semana que comenzó el movimiento de turismo en la isla, donde pudimos trabajar muy bien con las artesanías. (Eso nos continúa manteniendo con un gasto diario de 60r$ por semana). Lamentablemente por un decreto tuvimos que abandonar la isla, con la incertidumbre y el miedo de que nos ocurriría afuera, sabiendo que estaba complicada la situación, volvimos en barco y pedaleamos por la ciudad. Paramos en la Hiper farma de Pontal donde anteriormente conocimos a su dueño y hoy amigo, Patrick Marcomini. Le contamos de nuestra situación y nos ofreció una chacra que tiene un poco alejada de la ciudad. Es su lugar de relax con amigos, nos llevó allá con el previo aviso de que no tenía luz, agua potable y ni cocina a gas, contentos igual con eso fuimos”, aseguraron.

Se encontraron con un lugar hermoso a 6 kilómetros del centro dentro de la selva, en una ruta antigua de indios. Hoy ya hace más de un mes que están en esa chacra, “él y sus amigos nos cuidan mucho. Tenemos comida siempre y agua potable también, ya tiene instalo paneles solares, así que tenemos energía para la noche. Tuvimos problemas con el agua de pozo, pero está en solución. En el lugar solo tenemos el sonido de los pájaros, cabras y gallinas de la zona, también de algunos monos que se suelen ver y naturaleza misma. Estamos muy bien y felices, él nos dio algunos trabajos de cosas que nos gustan hacer, lo ayudamos y a cambio también tenemos dinero para poder sustentarnos, a pesar de que son ellos quienes nos dan de comer hace varios días, estos días trajeron una cocina a gas para poder hacer panes y cocinarnos más cómodos también”, dijeron a Infomerlo.

Marcos y Soledad dijeron que hace dos semanas Patrick  y sus amigos hicieron una colecta para personas en necesidades extremas. “La situación comenzara a cambiar acá por la nueva actitud del presidente de liberar más actividades. Hay muchos autos paseando de lugares con mayoría de casos y eso complica más las cosas acá en Pontal y las zonas del litoral. Continuar camino para nosotros es difícil, ciudades y pueblos contiguos están cerrados a turistas. Estamos muy seguros acá, Patrick afirma que nos quedemos dos años y nos construirá una cabaña. Somos parte de esta familia, hoy nos mantienen con mucha tranquilidad y seguridad, lejos de todo riesgo”, cerraron.