La odisea de volver a casa en plena pandemia

“Estábamos en México por trabajo desde agosto de 2019. Ante la expansión de la pandemia decidimos regresar antes ya que nuestra fecha original de regreso era para diciembre de este año.  Compramos un nuevo vuelo por Latam para el 10 de abril. Nos lo cancelaron tres veces. Una con fecha para 1 de mayo, después 1 de junio y por ultimo para diciembre sin fecha exacta. A todo esto nos anotamos en la lista de espera de Latam y cancillería para que nos llamen por si había algún vuelo "humanitario" que saliera antes. Tuvimos la suerte que sacaron un vuelo para el 27 de abril y nos llamaron un día antes para viajar, ya que son vuelos de emergencia y no están programados”, contó Julieta a Infomerlo. 

Previo al regreso y aunque en México la cuarentena no es obligatoria, ella y su novio decidieron aislarse por precaución. “Estuvimos en cuarentena voluntaria por 50 días y solo salíamos a hacer las compras una vez por semana como mucho”, dijo.

EL REGRESO

“En el aeropuerto tuvimos que llenar muchísimos formularios… tanto de repatriación, como de salud. También nos hicieron controles sanitarios para corroborar que no hayan infectados. En Ezeiza nos volvieron a hacer controles de salud y nos dividieron por provincias. Dependiendo la cantidad de gente que haya de cada una arman la ruta de viaje para llevarnos en un bus del Ministerio de Salud. Si hay provincias que no tienen mucha gente o que están blindadas, sus ciudadanos hacen la cuarentena en Buenos Aires”, comentó.

Una vez en el transporte, la pareja se encontró con siete personas también de San Luis, dos de Merlo. “Nos derivaron directamente al hotel Epic de La Punta. Ahí bajamos por grupo familiar y nos desinfectaban todo el equipaje”, expresó. 

Ahora cumplen con su cuarentena de 14 días en el hotel, “no podemos salir de la habitación para nada. El aislamiento es total. Nos dejan las cuatro comidas en la puerta de la habitación, esta todo coordinado por horarios. Una vez al día viene un médico a tomarnos la temperatura y llevan el control de cada uno. La verdad que estamos muy agradecidos con la atención de todo el personal y como están manejando la situación”, aseguró la joven. Julieta además destacó que “todos los gastos corren por cuenta del gobierno”.

Su regreso no fue nada fácil, “estuvimos un mes entero mandando emails, notas y llenando un montón de formularios tanto en Latam, como en cancillería para que nos pongan en lista de espera. Si no estás atento… fuiste. Y pudimos entrar a la provincia porque teníamos una autorización directa de cancillería, porque veníamos en un vuelo humanitario. Sin esa autorización iba a ser imposible”. Ahora ambos están más tranquilos y más cerca de su hogar en Merlo, al que regresarán una vez cumplidos los 14 días de aislamiento en La Punta.