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Aberrante hecho

Los padres de Mateo no declararon y se agrava la situación procesal

Los acusados de atar a su hijo de 7 años fueron indagados ayer al mediodía.
martes 02 de agosto de 2016
Encapuchados
Los dos acusados de someter a su pequeño hijo. Foto: sanluis24.com.ar
Los dos acusados de someter a su pequeño hijo. Foto: sanluis24.com.ar

-Me dejaron así para que no gritara-, dijo Mateo, entre sollozos, abrazado a un policía.

-Quedáte tranquilo, somos de los buenos y te venimos a ayudar-, le contestó un agente de la comisaría cuarta cuando lo tenía en brazos, luego de sacarlo del encierro al que lo habían confinado en una pieza con una ventana tapada a medias con cajas de ropa y un ropero.

Lo siguiente que pidió Mateo, temblando, fue comida.

María del Carmen García y José Antonio Torres, los padres del nene de 7 años, fueron indagados hoy al mediodía por la jueza Virginia Palacios. Se abstuvieron, pero en los pasillos de los Tribunales quedó flotando la sensación de que van a repetir la estrategia habitual en estos casos: uno responsabiliza al otro.

-Torres, ¿usted dejó a su hijo encadenado? -, le preguntó un periodista al hombre encapuchado, esposado y rodeado de policías.

-Yo no fui. Ya se sabe quién fue-, contestó.

García no contestó a la pregunta. O por lo menos no lo hizo con palabras sino con lágrimas. Cuando la pareja subió al ascensor del Poder Judicial quedaron muy cerca uno del otro, como si ella buscase un apoyo al menos físico en él.

Palacios los acusó por dos delitos graves: "abandono de persona doblemente agravado por resultar grave daño en la salud de la víctima y por el vínculo" y por "privación ilegítima de la libertad agravada por mediar violencia". Fueron asistidos por dos defensores oficiales: Carlos Salasar defiende a la mujer; el defensor civil subrogante Juan Esteban Pedernera, al hombre. "Es porque hay interes contrapuestos", explicó una fuente judicial.

La ventana salvadora

El sumario que hizo la comisaría cuarta tiene las declaraciones de los vecinos de la familia de Mateo, que viven en el inquilinato de la calle Belgrano. También están las declaraciones del dueño del complejo -que son piezas al lado de un pasillo de tierra- y algunos más que no aportaron nada.

El sábado, Marcelo Guerra vio salir a María del Carmen alrededor de las 12:30 con un bolso colgando del hombro y sus dos hijas. Un rato después salió Torres. Estimó que a las 13:30 Mateo ya estaba solo en su casa.

-Andá a fijarte si necesita algo-, le pidió a su hijo adolescente.

El chico miró por la ventana. Escuchó un llanto apagado: ahí estaba Mateo con la boca encintada y un collar de perro en el cuello, sujetado al marco de la ventana con una cadena y una tira elástica.

-Papá, me parece que al Mateo lo dejaron atado-, dijo el pibe. Su padre llamó a la policía.

El antecedente

Sandra Ochoa, otra vecina del nene, dijo que hacía un año y medio más o menos que le habían dicho que los Torres maltrataban al hijo varón. “Una semana antes de las vacaciones de invierno vino el director de la escuela de acá enfrente (N. de la R.: la escuela Misiones) con el nene y un policía de la Comisaría del Menor. Querían hablar con la madre porque tenía un tajo importante en la cabeza”, declaró en la comisaría.

El sábado 23 de julio, Sandra escuchó un grito desesperado: “¡Memé, Ramiro!” Era Mateo, solo y encerrado otra vez.

-Me asomé por la ventana y me pidió comida. Le pasé lo que pude y le pregunté qué le había pasado en la cabeza. Me dijo que la madre le había pegado con un palo. Le pregunté por qué no le había dicho nada al policía y me contestó que la madre lo había amenazado con matarlo si contaba algo. Tenía que decir que se había caído de la cucheta.

Según el informe de contención psicológica, Mateo le tiene miedo a su mamá y a sus abuelos. No tiene registro emocional de su padre, concluye el informe.

Del departamento 5, la policía secuestró cinta aisladora negra, cinta plástica transparente, un cable negro de cinco metros de largo, una cadena plateada con una correa de sujeción unida a una piola elástica rosa con un soporte de cortina metálico.

La médica que revisó a Mateo en el hospital detectó escamas de piel debajo de la cinta, que le provocó lastimaduras en las muñecas y el cuello. 

fuente: sanluis24.com.ar

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