Merlo solidario con el músico Edelmiro Molinari

La madrugada del domingo ya había entrado en la sala Amigos de Merlo y, sobre el escenario, Claudia Ramollino miraba emocionada el auditorio lleno, desbordado hacia los jardines, como contadas veces pudo verse. “Cuando llegamos a Merlo, lo primero que quiso hacer Edelmiro fue juntar a los músicos. Costó muchísimo, pero miren ahora todo lo que se logró”, recordó la mujer de uno de los padres del rock argentino, que desde la ciudad fue acompañado en su pelea contra el cáncer por un ejército de catorce bandas herederas de su legado musical.

El maratónico festival “Todos por Edelmiro” se extendió durante más de seis horas y tuvo una multitudinaria respuesta del público, de todas las edades. Fue organizado el cantautor local Uki Tolosa, que hace poco también desafió enfermedades con el apoyo de músicos amigos y vecinos. Esta vez le tocó estar del otro lado, y toda la recaudación de dinero y buenas energías serán entregadas a la familia Molinari para ayudar a costear los tratamientos que el guitarrista de Almendra y Color Humano lleva adelante en Buenos Aires, tan lejos de su Carpintería y hogar actual.

La larga noche fue una celebración del rock argentino. Arrancó poco después de las 21 con Juan Manuel Eulogio y Titito Ackermann, y tuvo su primer pico de adrenalina con “Sentimiento circular”, el tributo merlino a Patricio Rey. El vocalista, emulando la mirada filosa del Indio Solari, hizo dos observaciones que reventaron en aplausos: “Menos mal que el rock se acordó de Edelmiro” y “Esto lo tendrían que estar haciendo La Renga, Los Redondos, no nosotros”. Porque fue noticia nacional la internación de Molinari para quitarle parte del pulmón derecho y del diafragma por causa de un tumor, y si un músico no toca no entra dinero a la casa y no pueden sortearse viajes a clínicas ni medicamentos. Sólo San Luis Capital (en agosto) y ahora Merlo quisieron, de alguna manera, tener su gesto de gratitud con esa leyenda viva que eligió la provincia para pasar sus días. Y por eso tocaron tantas bandas: todos querían tocar por Edelmiro. Con Edelmiro. Los grupos más nuevos, como “Aladelta”, “Tolo y Gary”, “Dueño vende”, “Trifásica” y “Kascote”. Los que llevan más años y experiencias en carrera, como “Verde Cabeza”, Claudio Piñeiroa, “Pollo” Lares, Pucho Silva y el grupo teatral “Los Pirípulos”. Incluso otro pilar del rock, que siendo parte de la historia se anima a definir como “prócer” a Edelmiro: Black Amaya, también puntano por adopción, que encontró en Concarán su remanso a los frenéticos setentas de “Pescado Rabioso”.

Mientras la cantina agotaba comidas y bebidas, y las pausas entre tocada y tocada, el escenario podía ser desde el atrio de una subasta de afiches inconseguibles de Black, Molinari y la “Superbanda”, o del sorteo de un cuchillo artesanal de Juan Rolfi. 
¿Cuánta gente participó del megafestival? Hasta anoche los organizadores no tenían los números cerrados, pero el cálculo se acercaba al millar contando a quienes rondaban por el paseo y entraban de a ratos a escuchar alguna canción y sumarse así a la cruzada, deseándole larga vida a quien soñó con la eternidad del sol. (Fuente:eldiariodelarepublica)