2011-10-31

Competencia de longboard en el bajo de Veliz

Dos interesantes propuestas se conjugaron en Bajo de Véliz: una cruzada solidaria que reunió alimentos y ropa para los niños, y el debut de la serpenteante ruta Nº 43 como escenario del primer torneo de longboard en la región. La doble invitación fue organizada por los deportistas de Merlo y convocó a casi veinte amantes del descenso en patineta, además de vecinos del paraje y alrededores que disfrutaron, aplaudieron y compartieron la sobredosis de adrenalina en las sierras.

La jornada fue diagramada por la Asociación Merlo Longboard y respaldada por organismos provinciales como Policía (a cargo de la seguridad y cierre del camino), Bomberos y Salud, con el aporte de una ambulancia. Familiares, amigos y conocidos de los riders (competidores) ayudaron en el resto de los detalles: sacar las piedras que rodaban desde las laderas al asfalto, coordinar la inscripción, transporte, o explicar a los turistas y lugareños en qué consistía ese avezado deporte.

Con una tabla bastante más larga que las patinetas convencionales, los corredores acomodaban cascos y protecciones (requisitos obligatorios) en lo alto de la Quebrada del Bonete y bajaban aceleradísimos, empujados por la gravedad.

El circuito comprendió casi cuatro kilómetros. Todos, de curva y contracurva y descensos interminables, alcanzando velocidades que superaban los setenta kilómetros por hora. La actividad arrancó temprano con pruebas de pista a las 9 y durante toda la tarde se intercalaron competencias con pausas para que la gente pueda circular en su vehículo, entrando y saliendo del hermoso Parque Provincial.

Una veintena de participantes, con distintos grados de profesionalismo, aprovecharon la oportunidad para deslizarse por las pendientes, para burlarse de la clandestinidad que suele acompañar a ese deporte tan instalado y ofrecer un espectáculo inusual, divertido. 
Las categorías fueron street luge (tumbados en la patineta), luge (con tablas un poco más chicas) y downhill (parados). La idea era cerrar alrededor de las 19:30 pero, sin las eliminatorias completas, los organizadores decidieron poner punto final una hora antes. Uno de los riders derrapó en el asfalto y fue trasladado al hospital de la villa serrana para control. No pasó a mayores. Fue uno de los tantos golpes que acompañan la práctica. Y ante la posibilidad de que la ambulancia se demore y el sol se haya escondido fue que se adelantó la despedida.

Alegres por despuntar el vicio con todo en regla y alegres por haber ayudado con comida y ropa a los casi treinta chicos que asisten a la pequeña, humilde y escondida Escuela Nº 409. (fuente:diariolarepublica)

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