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Córdoba

Viajaron más de mil kilómetros con un pingüino en una caja y lo adoptaron de mascota

Una familia lo trasladó mil kilómetros, de la costa bonaerense a Calamuchita. Ayer fue rescatado, en buen estado, por la Policía Ambiental. La tenencia de fauna silvestre no está permitida.
jueves 14 de marzo de 2019
Viajaron más de mil kilómetros con un pingüino en una caja y lo adoptaron de mascota

El pingüino corretea por el césped bien corto al lado de un perro ovejero alemán. La escena ocurre en las sierras cordobesas y es tan insólita como real: no pertenece a ningún corto animado de Pixar ni a ninguna película del tipo Los pingüinos de papá. Ocurrió durante días, en una vivienda de Santa Rosa de Calamuchita.

“Lo encontré más muerto que vivo en la playa y no teníamos dónde dejarlo. Tengo testigos de que le salvé la vida”, se defendió ante los inspectores de la Policía Ambiental la mujer que, 20 días atrás, decidió volver de la bonaerense playa de Miramar con el ave.

“No caminaba, no comía solo. Buscamos en internet y le empezamos a dar pescado”, señala. Lo tuvieron dos días en Miramar y luego decidieron traerlo a su casa, asegura Zulma Lucero (43).

El ejemplar juvenil, del tipo Magallanes, viajó más de mil kilómetros adentro de una caja.

En videos, se observa al animal entrar a la casa buscando comida y “pescar” mojarritas en un balde. Zulma cuenta que sus hijos y ellos pescaban para alimentarlo y que hasta compraban cornalitos en la pescadería. “Comía un kilo cada dos días y medio”, citó. Sin trabajo, deslizó que hasta vendió una Play Station para comprarle comida.

“Jamás lo tuve oculto, mis vecinos sabían que andaba suelto en el parque, con mi nieta y mis hijos”, cuenta. “Mi intención fue rescatarlo, no tenerlo como mascota. Tampoco lo tenía atado. Se dijeron cosas que no son ciertas”, reclamó sobre algunos comentarios vertidos por los medios ayer.

Zulma relató que le habían colocado un precinto para ponerle una tanza y permitirle nadar en el río, al que lo llevaron “a diario”.

“Miramar no es una zona de pingüinos, me pareció adecuado traerlo a casa y después ubicarlo donde corresponde. A lo mejor he cometido una imprudencia, pero no tuve malas intenciones”, aclaraba ayer, una y otra vez.

Los inspectores de la Policía Ambiental llegaron por la denuncia de un vecino. La tenencia de especies silvestres es una infracción. El pingüino fue trasladado al Zoológico de Córdoba, donde es sometido a estudios, antes de ser devuelto a su hábitat natural. “Estaba en buen estado. Estos animales se alimentan de pescado y en el agua, no comen fuera del agua”, dijo Adrián Rinaudo, jefe de la Policía Ambiental.

“Nos salió a recibir cuando llegamos, como si fuera el perro de la casa”, relató sorprendido uno de los agentes que realizó el rescate.

LaVoz

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