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Aguas Buenas: un paraíso natural repleto de piedras de colores

Días atrás nos sumamos a una nueva salida de Cerro Blanco. Era momento de conocer el maravilloso lugar que se esconde a solo 30 kilómetros de Villa de Merlo. Encontramos cascadas, piedras de colores, y hoyas de varios metros de profundidad.
martes 05 de febrero de 2019
Aguas Buenas
Cascada el Velo
Cascada el Velo

Partimos desde Villa de Merlo. Hicimos alrededor de 30 kilómetros hacia el sur. Allí se encuentra el acceso al campo privado donde se debe ingresar con permiso correspondiente de los dueños. Como en cada actividad de montaña lo más recomendable es realizarla con guías habilitados. En Infomerlo una vez más optamos por Pamela Silva y Germán Romero ambos guías de trekking de la empresa Cerro Blanco.

Aguas Buenas pertenece a la localidad de Villa Larca. Se destaca por su paisaje de sierras rocosas que forman parte del corredor biocomechingones sur. En ese lugar antiguamente hubo explotación de minas de fluorita y uranio. Se extraían algunos minerales a través de explotaciones a cielo abierto. “La mina La Marquesa funcionó entre los años 1929 y 1935. Fue el centro de producción de mineral de fluorita más importante de la zona. Se extraían piedras de colores (violeta, verde, amarilla, blanca). En el año 1952 su propietario José Antonio Hernández descubrió minerales oxidados de uranio uranofano. En 1953 se subdividió la propiedad dando origen al yacimiento de uranio La Estela”, contó Pamela Silva

Desde hace varios años es uno de los destinos turísticos más importantes de la zona. Es elegido por su flora, fauna y las famosas piedras de colores que prueban la cantidad de minerales que todavía permanece en la zona. Además en el lugar aún se pueden visitar los túneles abandonados.

En nuestra visita realizamos un trekking por el arroyo Río Seco que está dentro de la quebrada que lleva el mismo nombre. Allí caminamos durante una hora aproximadamente y llegamos al Salto Escondido. Una cascada de unos 12 metros de altura con una hoya, -que son honduras naturales que se forman en la tierra, y en este caso de varios metros de profundidad- repleta de truchas.

Luego realizamos una escalada al costado del salto, con seguridad correspondiente y la supervisión de los profesionales a cargo. Continuamos algunos metros más por el arroyo hasta llegar al Velo, otra cascada de unos 15 metros de altura. Disfrutamos de unos mates y nos refrescamos en el agua para emprender regreso realizando una destrepada con cuerdas al lado de la primera cascada y luego continuamos nuestro trekking de regreso por el arroyo y sendero. Durante nuestra aventura tuvimos que atravesar gran parte del camino rodeados de zarzamora, especie exótica e invasiva. Además descubrimos espinillos, talas, sauces y mollares.

La caída del sol en plena sierra nos permitió ver la flor de la dama de noche, una especie que florece solo cuando cae el sol. La última parte del trekking la hicimos a la luz de las linternas. Fue sin dudas otra experiencia única y muy recomendable.

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