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#TurismoAventura

Trekking y rappel en el Salto del Chispiadero

A pocos kilómetros de Merlo se ubica una de las reservas de cóndores más grandes de la provincia. Con un rappel de 60 metros llegamos al pie de una de las cascadas más imponentes y descubrimos un salto de agua con arcoíris propio.
sábado 29 de diciembre de 2018
Cascada del Chispiadero

El domingo previo a la Navidad salimos temprano desde Merlo para hacer los 150 kilómetros que nos separaban de nuestro nuevo destino. Gastón y Gimena fueron nuestros compañeros de ruta dentro de la actividad que fue guiada por Cerro Blanco Aventuras.

Rumbeamos hacia Concarán y desde allí nos desviamos a Las Chacras. Luego nos esperarían unos 20 kilómetros de ripio por una pampa de altura llamada Mesilla del Cura. Un lugar dueño de un clima muy especial, ubicado a unos 1300 snm. La vegetación al principio es de pastizal de altura con vertientes que en su mayoría terminan en la quebrada del Rio Lujan, que llena el dique del mismo nombre.

Cerca del mediodía llegamos al final del camino. El clima estaba ideal: sol, cielo despejado y un calor que ansiaba el momento del chapuzón. Nuestros guías Germán Romero y Pamela Silva comenzaron a preparar los arneses, cascos y cuerdas para el rappel más largo de todos. Unos 60 metros hasta llegar a la altura del pie del salto.

Nos dividimos en dos grupos: unos para el rappel, otros para esperarnos abajo. Al llegar al lugar donde comenzaría el descenso, Germán arrojó la cuerda al vacío para que Pamela (que había bajado por el sendero) pudiera dar seguro al grupo que descendería en las cuerdas. El primero en animarse fue Ezequiel, quien se encargó de guiar la cuerda, después seguimos nosotros.

Descendimos por la imponente pared de piedra repleta de vegetación y un poco de verdín que provocó algún que otro paso en falso. Durante la bajada logramos observar la cascada y su imponente hoya desde arriba. Un salto de agua de 45 metros de altura en medio de una quebrada formada por enormes paredones de piedra que generan que la cascada salpique a gran distancia. Un paisaje soñado. Tan inmenso como la adrenalina de estar colgados de dos sogas descendiendo por una de las paredes laterales. Enseguida logramos llegar a tierra firme. Pamela quitó el seguro y tras la adrenalina, llegó el momento de disfrutar del agua fresca.

El guía contó que el salto del Chispiadero está a una altura aproximada de 1200 metros snm. Desde el frente de la hoya hasta el salto hay alrededor de 55 metros de largo y que la hoya tiene gran profundidad. Se calculan al menos unos 5 metros. Detrás de la cascada aparecen los vencejos de collar. Un ave que habita en una cueva que hay detrás de la cascada. Al notar nuestra presencia comenzaron a volar por la quebrada regalándonos un momento inolvidable.

El Chispiadero es parte de las sierras de San Luis que tienen un largo aproximado de 160 kilómetros con un ancho de 75 kilómetros, tomando como límite el borde occidental hasta el límite con el Río Conlara. Un marco natural con grandes paredes que albergan posaderas de cóndores, además de una riqueza arqueológica significante.

LA LLEGADA HASTA EL SALTO

Tras almorzar a la sombra, el guía nos dijo que tendríamos un rato para seguir disfrutando del agua. Unos pocos se animaron a nadar hasta el Chispiadero. Logramos juntar coraje y los acompañamos. La experiencia fue muy refrescante y verdaderamente única. Observar la cascada desde el interior de la quebrada fue inolvidable. Algo que sin el apoyo y ayuda de nuestros compañeros, no hubiéramos logrado.

Minutos más tarde llegó el momento de continuar rumbo al segundo rappel. Caminamos un rato por el arroyo que nos volvió a regalar postales soñadas y el vuelo de una pareja de cóndores que acompañó esa parte de nuestra aventura. Volvimos a dividirnos, esta vez en tres. Un grupo se quedó disfrutando del agua, otro grupo fue al pie de lo que sería nuestro rappel y nosotros seguimos subiendo para luego bajar con las cuerdas. Cada paso entre las rocas estuvo supervisado por profesionales y asistido por cuerdas en los lugares de mayor peligro.  

Este rappel sería por la Gruta Escondida. Esta vez de unos 30 metros. El primero en bajar fue Gastón, lo seguimos y luego el resto de nuestros compañeros. Al llegar abajo hubo que sacarse las zapatillas para salir de la quebrada por adentro del agua que llegaba hasta cerca de la rodilla.

UNA CASCADA CON ARCOIRIS PROPIO

Al volver con todo el grupo disfrutamos de la vista de la cascada verde. Un salto de agua de alrededor de 25 metros de altura que solo se disfruta cuando el arroyo crece tras la temporada de lluvias. “Se le dice así porque tiene una formación de musgo que durante el invierno se seca y queda negra. La cascada se reactiva cuando vuelve el agua generando una pared resbalosa de un color verde muy atrapante”, dijeron los guías. Además por su orientación genera su propio arcoíris alrededor de las tres de la tarde cuando le da el sol. Una postal bellísima.

A la vuelta nos esperaría otro chapuzón y el mate con pan dulce y tortas caseras. La vuelta fue por el arroyo y luego por un sendero de gran pendiente hasta llegar de nuevo a los autos alumbrados por el sol del atardecer. Todos con la sonrisa dibujada en el rostro por otra aventura inolvidable.

Para más información sobre la actividad: 2664-668636 - Cerro Blanco Aventura.-

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