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Investigación y misterio

Traslasierra: El hallazgo de huesos abre la peor sospecha para un enigma de hace casi cinco años

Se presume que podrían pertenecer a una joven que junto a su hijita desaparecieron en Villa de las Rosas, en el Valle de Traslasierra. Se ordenó realizar un cotejo de ADN. Las pruebas que apuntan a un sospechoso.
viernes 09 de noviembre de 2018
Traslasierra: El hallazgo de huesos abre la peor sospecha para un enigma de hace casi cinco años

El Valle de Traslasierra vuelve a estar convulsionado por presunciones relacionadas con el caso de Marisol Reartes, la adolescente que en 2014, cuando tenía 18 años, desapareció con su hijita de sólo 2 años en jurisdicción de Villa de las Rosas.

Por un lado, hace unos días aparecieron restos óseos humanos que se presumen que podrían pertenecer a la joven, lo que abrió un dramático paréntesis hasta que estén los cotejos de ADN.

Pero al mismo tiempo, en un juicio que se está desarrollando en la provincia de San Luis por un femicidio, se incriminó seriamente al principal sospechoso con la desaparición de Marisol y de su hijita.

Fuentes judiciales confirmaron el hallazgo de huesos que serán cotejados, mediante un análisis de ADN, con la familia de la joven desaparecida.

Con esos fines ya fueron citados por la Justicia de Villa Dolores los padres de Marisol, a quienes se les tomaron muestras de sangre.

“Hasta ahora tuvimos la esperanza de encontrarlas vivas, pero este hallazgo nos acerca a lo peor, que en realidad nunca descartamos; pero al final, después de tanto dolor y de años en que no las tenemos, queremos saber la verdad”, dice Livia Oliva, tía de Luz Morena Oliva, quien tenía 2 años cuando desapareció junto a su joven madre.

AZAROSO

Este capítulo judicial se desarrolló de manera azarosa. El miércoles 31 de octubre a la noche, en el camino que une el dique La Viña con el paraje Los Pozos, un hombre regresó a su casa y encontró a sus perros jugando con huesos humanos.

Fuentes relacionadas con la investigación apuntaron que un primer peritaje de los restos indicaría que pueden pertenecer a una mujer joven, y que la muerte no sería muy reciente ni muy antigua.

La presunción de que la joven y su niña fueron asesinadas y enterradas en cercanías al lago o en las zonas que lo rodean se relaciona directamente con quienes muchos creen que es el autor del hecho: un profundo conocedor de ese sector del Valle de Traslasierra.

EL SOSPECHOSO

Juan José Murúa (31), vecino y amigo de la familia Reartes en Los Hornillos, es hoy el principal sospechoso de haber matado a Marisol y a Luz Morena, si bien la investigación, a cargo del fiscal Raúl Castro de Villa Dolores, no lo tiene como imputado en la causa.

Según figura en los registros judiciales, cuando tenía 15 años, Murúa violó a una adolescente. Ya mayor, cumplió condena por golpear a una concubina.

En febrero de 2017 intentó abusar de una familiar de 11 años, a quien amenazó con un arma de fuego. Ese episodio lo tiene preso ahora, luego de que su hermana lo denunciara.

Pero esto no es todo. Por estos días, Murúa está siendo juzgado por la muerte de Brenda Arias (19), una joven de 19 años asesinada e incinerada en la localidad puntana de Villa del Carmen.

El miércoles, en una audiencia por ese caso, Murúa fue incriminado por su propia sobrina, Mabel Bonada, quien aseguró que su tío le había confesado “haber matado a una chica en San Luis” (...) “por cuestiones sentimentales”, según consigna El Diario de la República, de esa provincia.

Bonada, hija de una hermana del acusado, durante el juicio afirmó, además, que en su familia “dan por sentado” que Murúa asesinó a Marisol y a Luz Morena. Según testigos, la joven declaró que Murúa le habría confesado a otro familiar ser el autor del supuesto doble crimen.

En la misma audiencia, otros testigos del caso puntano comprometieron seriamente al acusado.

El abogado del sospechoso en la causa de madre e hija perdidas en Traslasierra, Juan Pablo Bastos, sostiene: “No hay ninguna prueba directa y objetiva que vincule a Murúa con el caso de Marisol Reartes y su hija, por eso el fiscal no lo ha imputado en esta causa, las creencias son efecto de las redes sociales y de los comentarios”.

Una vecina de Los Hornillos, que prefirió no identificarse por temor a represalias, aseguró: “Acá todos creen que es Murúa, pero nadie dice nada por miedo a él y a su familia, es un tipo que hace daño sin importarle nada el otro, no tiene piedad”.

PERDIDAS

Alrededor de las 8.30 de aquel 2 de febrero de 2014, Marisol salió caminando desde la casa de su madre, situada en plena sierra, con rumbo a la ruta 14. Llevaba a su niña en brazos y nada que hiciera pensar que se marchaba: ni dinero, ni documentos, ni ropa, ni la mamadera de la niña. Nunca más fueron vistas.

Al parecer, iba a caminar hasta la ruta, donde tomaría un ómnibus hasta Los Hornillos, donde viven sus hermanas y la familia del padre de la niña, un joven con quien había tenido una relación breve y que había reconocido a la niña antes de interrumpir su vínculo con ella.

“No aguanto más, me quiero ir”, había escrito Marisol antes en su cuenta de la red social Facebook, que horas después alguien cerró. Hasta hoy no está claro si fue ella quien lo redactó.

La adolescente salía desde hacía poco con otro joven. Con él y con la niña había estado la noche anterior en un baile popular en la plaza de Villa de las Rosas.

En un primer momento, las familias Reartes y Oliva no conciliaron un reclamo común. Pero después organizaron más de 10 marchas pidiendo su aparición. La fiscalía las buscó por varias provincias y realizó numerosos operativos.

Ahora, un peritaje de ADN puede traer novedades que nadie quiere escuchar.

Recompensa: Por datos clave

Desde mayo, hay una oferta pública de 200 mil pesos.

En mayo último, se publicó en el Boletín Oficial que el Gobierno provincial de Córdoba ofrecía una recompensa de 200 mil pesos para quien aportara datos fidedignos que ayuden a ubicar a Marisol y a la pequeña Luz.

Por cualquier información sobre las dos mujeres, que hoy tendrían 22 y 6 años, se debe comunicar de inmediato al 101 de la Policía.

Sin embargo, en estos meses el fiscal Raúl Castro, de los Tribunales de Villa Dolores, no obtuvo por esta vía ninguna pista nueva para intentar esclarecer semejante enigma que aún conmueve a esa parte del Valle de Traslasierra.

En estos casi cuatro años de angustia, ya se han realizado cerca de 10 manifestaciones para reclamar que se las encuentre. (La voz / Redacción)

 

 

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