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Sin pistas

Sigue el misterio: ¿Dónde está Delia Gerónimo?

Hace tres semanas que la adolescente de 14 años se transformó en un enigma para La Paz y Traslasierra. Ayer, los padres de la menor se manifestaron en Villa de Merlo, con el apoyo de la comunidad boliviana. La intranquilidad rodea la búsqueda.
lunes 08 de octubre de 2018
Sigue el misterio: ¿Dónde está Delia Gerónimo?

La adolescente Delia Gerónimo Polijo (14) se ha convertido, tristemente, en el mayor enigma de Traslasierra y toda la región. Es que desde que desapareció, el martes 18 de setiembre a la tarde, cuando volvía del colegio en el entonces tranquilo pueblo transerrano de La Paz, ubicado hacia el norte de Villa de Merlo, unos 20 kilómetros. Han pasado casi tres semanas de un misterio angustiante y creciente. Delia y sus padres desesperados representan lo que nadie quiere vivir. Ayer, la familia se manifestó en Villa de Merlo en compañía de vecinos e integrantes de la comunidad boliviana.

INVESTIGACIÓN

La  búsqueda es de una intensidad inédita en la región, el apoyo de casi toda la población, la recompensa de 200 mil pesos ofrecida por el Gobierno a quien aporte datos, el interés del consulado de Bolivia (la niña pertenece a esa colectividad), la difusión, la experiencia, la tecnología y la voluntad. Nada ha servido hasta ahora para tener pistas ciertas sobre el paradero de la joven, y si bien hay hipótesis más probables que otras sobre su destino, aún no se descarta ninguna.

Policías, bomberos, canes especializados, helicópteros, rodados, detectives, videntes; nada ha aportado datos precisos. “Se ha hecho todo, y más también, y no aparece nada”, dice sin ocultar su cansancio y su impotencia el fiscal del caso, Raúl Castro.

Primero, pensamos que ya aparecería. En un lugar donde nos conocemos todos y fuera de temporada, creíamos que pronto tendríamos noticias, pero ahora tenemos miedo”, dice una vecina de La Paz, el pueblo que parece haber perdido la tranquilidad que su nombre sugiere. Y cuenta: “Mi hija de 12 años iba a comenzar a ir sola a la escuela, ahora decidí seguir acompañándola”.

NADA EN EL HORNO

Los miembros del equipo de Antropología Forense de Córdoba terminaron el viernes a la tarde de analizar las cenizas de un horno de ladrillos donde, presumiblemente, se podría haber incinerado el cuerpo de Delia. “Podrían haber encontrado piezas dentales o los aritos que tenía, pero nada, no encontraron nada”, dijo una fuente policial.

El fracaso de ese peritaje constituye un alivio para todos los que temían esa hipótesis macabra, que había sido abonada por varias circunstancias: los perros de búsqueda se dirigieron a ese predio, el hombre que vive en el lugar apareció con rasguños, y estaba cerca del lugar donde la adolescente fue vista por última vez.

Ese lugar es una curva de la ruta donde se sitúa el hipódromo de la población. Cada día, Delia recorría caminando los seis kilómetros que separaban su escuela, ubicada en el centro de la localidad, del paraje La Guarida, donde está su casa.

A veces, Cristian, uno de sus cinco hermanos, la llevaba o la traía en su moto. Otras veces, “hacía dedo” para regresar. El lunes 17 compró algunas prendas en el centro. El martes 18, hacia las 17.30, luego de merendar en la escuela, partió hacia su casa. La denuncia por su desaparición se receptó a las 22.

CADENITA

Al otro día se encontraron una pulserita de cadena y un elástico para el pelo que Delia llevaba aquella tarde. Fue en la curva mencionada, entre los pastizales, a un costado de la ruta. También había un par de aritos sin uso, que la niña había comprado el día anterior en el centro.

La búsqueda desesperada empezó la misma noche del 18 de setiembre. El jueves 20, con un pueblo sumido en el desconcierto, el municipio suspendió el tradicional “baile de la primavera”. Esa tarde, los padres, las comunidades bolivianas de la región, vecinos y grupos de derechos humanos hicieron la primera marcha en torno de la plaza. Autoridades judiciales y policiales prácticamente se instalaron en La Paz, situada 40 kilómetros al sur de Villa Dolores.

MARCHAS

Septiembre terminó con un cambio del abogado representante de la familia. Tomó el caso el penalista Eduardo Cúneo. Mario Gerónimo y Modesta Polijo, los padres de Delia, pidieron que el Gobierno otorgara una recompensa.

Octubre comenzó con la novedad de que el gobernador Juan Schiaretti firmaba el ofrecimiento de 200 mil pesos para quien aporte datos certeros.

El martes último llegó el cónsul de Bolivia en Córdoba para manifestar su apoyo y dijo que la información del caso estaba en todas las comunidades bolivianas del país.

El jueves llegaron miembros del equipo de antropología forense.

Una de las hipótesis estima que Delia podría haberse fugado sola o con algún conocido. Fuentes ligadas a la causa informaron que la adolescente, si bien no había llevado su documento ni ropa, sí habría portado algo de dinero. Otras fuentes informaron que la joven tenía conocidos en la provincia de Mendoza. La búsqueda habría llegado hasta ahí, también sin suerte.

¿QUÉ LE PASÓ? SIN RESPUESTAS

Delia es delgada, de 1,60 metros de altura, 45 kilos de peso, cutis trigueño con rasgos norteños, cabellos negros y largos, ojos marrón oscuro. Cualquier información debe comunicarse en la sede policial más próxima, o bien a los teléfonos 03544-424778 y 03544-496600. También en el e-mail [email protected] o en el teléfono 0800 333 5500. (Redacción 

La adolescente Delia Gerónimo Polijo (14) se ha convertido, tristemente, en el mayor enigma de Traslasierra y toda la región. Es que desde que desapareció, el martes 18 de setiembre a la tarde, cuando volvía del colegio en el entonces tranquilo pueblo transerrano de La Paz, ubicado hacia el norte de Villa de Merlo, unos 20 kilómetros. Han pasado casi tres semanas de un misterio angustiante y creciente. Delia y sus padres desesperados representan lo que nadie quiere vivir. Ayer, la familia se manifestó en Villa de Merlo en compañía de vecinos e integrantes de la comunidad boliviana.

INVESTIGACIÓN

La  búsqueda es de una intensidad inédita en la región, el apoyo de casi toda la población, la recompensa de 200 mil pesos ofrecida por el Gobierno a quien aporte datos, el interés del consulado de Bolivia (la niña pertenece a esa colectividad), la difusión, la experiencia, la tecnología y la voluntad. Nada ha servido hasta ahora para tener pistas ciertas sobre el paradero de la joven, y si bien hay hipótesis más probables que otras sobre su destino, aún no se descarta ninguna.

Policías, bomberos, canes especializados, helicópteros, rodados, detectives, videntes; nada ha aportado datos precisos. “Se ha hecho todo, y más también, y no aparece nada”, dice sin ocultar su cansancio y su impotencia el fiscal del caso, Raúl Castro.

Primero, pensamos que ya aparecería. En un lugar donde nos conocemos todos y fuera de temporada, creíamos que pronto tendríamos noticias, pero ahora tenemos miedo”, dice una vecina de La Paz, el pueblo que parece haber perdido la tranquilidad que su nombre sugiere. Y cuenta: “Mi hija de 12 años iba a comenzar a ir sola a la escuela, ahora decidí seguir acompañándola”.

NADA EN EL HORNO

Los miembros del equipo de Antropología Forense de Córdoba terminaron el viernes a la tarde de analizar las cenizas de un horno de ladrillos donde, presumiblemente, se podría haber incinerado el cuerpo de Delia. “Podrían haber encontrado piezas dentales o los aritos que tenía, pero nada, no encontraron nada”, dijo una fuente policial.

El fracaso de ese peritaje constituye un alivio para todos los que temían esa hipótesis macabra, que había sido abonada por varias circunstancias: los perros de búsqueda se dirigieron a ese predio, el hombre que vive en el lugar apareció con rasguños, y estaba cerca del lugar donde la adolescente fue vista por última vez.

Ese lugar es una curva de la ruta donde se sitúa el hipódromo de la población. Cada día, Delia recorría caminando los seis kilómetros que separaban su escuela, ubicada en el centro de la localidad, del paraje La Guarida, donde está su casa.

A veces, Cristian, uno de sus cinco hermanos, la llevaba o la traía en su moto. Otras veces, “hacía dedo” para regresar. El lunes 17 compró algunas prendas en el centro. El martes 18, hacia las 17.30, luego de merendar en la escuela, partió hacia su casa. La denuncia por su desaparición se receptó a las 22.

CADENITA

Al otro día se encontraron una pulserita de cadena y un elástico para el pelo que Delia llevaba aquella tarde. Fue en la curva mencionada, entre los pastizales, a un costado de la ruta. También había un par de aritos sin uso, que la niña había comprado el día anterior en el centro.

La búsqueda desesperada empezó la misma noche del 18 de setiembre. El jueves 20, con un pueblo sumido en el desconcierto, el municipio suspendió el tradicional “baile de la primavera”. Esa tarde, los padres, las comunidades bolivianas de la región, vecinos y grupos de derechos humanos hicieron la primera marcha en torno de la plaza. Autoridades judiciales y policiales prácticamente se instalaron en La Paz, situada 40 kilómetros al sur de Villa Dolores.

MARCHAS

Septiembre terminó con un cambio del abogado representante de la familia. Tomó el caso el penalista Eduardo Cúneo. Mario Gerónimo y Modesta Polijo, los padres de Delia, pidieron que el Gobierno otorgara una recompensa.

Octubre comenzó con la novedad de que el gobernador Juan Schiaretti firmaba el ofrecimiento de 200 mil pesos para quien aporte datos certeros.

El martes último llegó el cónsul de Bolivia en Córdoba para manifestar su apoyo y dijo que la información del caso estaba en todas las comunidades bolivianas del país.

El jueves llegaron miembros del equipo de antropología forense.

Una de las hipótesis estima que Delia podría haberse fugado sola o con algún conocido. Fuentes ligadas a la causa informaron que la adolescente, si bien no había llevado su documento ni ropa, sí habría portado algo de dinero. Otras fuentes informaron que la joven tenía conocidos en la provincia de Mendoza. La búsqueda habría llegado hasta ahí, también sin suerte.

¿QUÉ LE PASÓ? SIN RESPUESTAS

Delia es delgada, de 1,60 metros de altura, 45 kilos de peso, cutis trigueño con rasgos norteños, cabellos negros y largos, ojos marrón oscuro. Cualquier información debe comunicarse en la sede policial más próxima, o bien a los teléfonos 03544-424778 y 03544-496600. También en el e-mail [email protected] o en el teléfono 0800 333 5500. (Redacción / La Voz)

 

 

 

 

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