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Tentativa de homicidio

Inspección ocular en el barrio El Rosedal por el joven apuñalado

El procedimiento fue encabezado por el Juez de Instrucción Penal Jorge Pinto, con la colaboración de efectivos de la Comisaria 42. Se aclaró que el ataque con el cuchillo se hizo en la cocina de la casa del agresor.
miércoles 27 de diciembre de 2017
Procedimiento
El Juez Pinto, junto a colaboradores y efectivos de la Comisaria 42 durante la inspección por la causa de tentativa de homicidio.
El Juez Pinto, junto a colaboradores y efectivos de la Comisaria 42 durante la inspección por la causa de tentativa de homicidio.

“Acá cayó el chico apuñalado”, señalaron las personas que hablaron con las autoridades judiciales esta mañana al indicar el lugar donde la víctima de 17 años se desplomó con dos puñaladas. La inspección ocular por la causa caratulada como “tentativa de homicidio” fue encabezada por el Juez de Instrucción Penal Jorge Pintos, dos de sus colaboradores y con el apoyo de efectivos de la Comisaria 42.

Pinto llegó al barrio El Rosedal pocos minutos después de las 11 y de inmediato se dirigió a la vivienda donde se desencadenó el violento suceso. Se trata de una casa social lindante con el Centro de Salud del barrio. En la vereda una frondosa vegetación cubre la vivienda, a la que se ingresa por una portoncito de madera. El juez dialogó con la madre del detenido y acusado de las dos puñaladas. Autoridades judiciales y policiales recorrieron la casa, el interior y el patio.

De la inspección surge que los dos cuchillazos que recibió el menor fueron en la cocina, un espacio muy reducido y que se comunica con el comedor. Luego de ser recibir las puñaladas, el menor herido salió de la vivienda, caminó unos quince metros hacia la vereda sur oeste, y allí cayó herido en la tierra, hasta que recibió asistencia médica. Los dichos fueron concordante con la versión que dio otra de las personas, ligada a la víctima.

SIN INTENCIÓN

“Nunca tuve la intención de apuñalar a Rodrigo (Aguirre), mucho menos matarlo. Sólo quería que se fuera de mi casa, y pensé que cuando viera el cuchillo se iba a ir”, le dijo Ricardo David Pérez al juez Jorge Pinto en su declaración indagatoria. Pero el hombre sí terminó asestándole dos puntazos a su amigo, uno a la altura de corazón y otro en el estómago, heridas que si bien no pusieron en riesgo la vida de la víctima, obligaron a los médicos a operarlo de urgencia y a colocarle una sonda en los intestinos. Los lugares en los que hirió a Rodrigo Ezequiel Aguirre le hicieron suponer al magistrado que Pérez debió figurarse que podía matarlo, así que lo procesó por tentativa de homicidio y ordenó que los trasladaran al penal. Pérez tiene 30 años y hasta hace unos días vivía en el barrio El Rosedal.

En los días de prórroga que solicitó la defensora oficial Luciana Paola Banó, varios de los testigos que habían declarado en la Policía acudieron al juzgado Multifuero de Santa Rosa del Conlara a ratificar lo que ya habían dicho. Que Pérez y Aguirre eran amigos, que habían bebido toda la noche y que el chico herido, de sólo 17 años, había tenido actitudes violentas toda la noche, hasta que entrada la mañana del sábado 9 de diciembre se las agarró con su compañero de copas.

Este miércoles se supo que el joven apuñalado regresó al hospital por una descompensación producto de las heridas que recibió.

 

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