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Patronales

Villa de Merlo celebró el Día de la Virgen del Rosario

La fiesta más tradicional y sentida de Merlo se realizó este sábado. Frente al Templo Histórico fue la Santa Misa y luego por las calles céntricas la procesión. La actividad fue acompañada por una multitud de fieles.
sábado 07 de octubre de 2017
Fiestas Patronales
Procesión
Procesión

La Santa Misa se realizó durante la tarde del sábado en las inmediaciones de la Capilla Histórica y fue presidida por el obispo Pedro Martínez. Una gran cantidad de fieles se ubicó sobre las calles Becerra y Perón y en toda la plaza Sobremonte para venerar a la santa patrona de Villa de Merlo, la virgen de Nuestra Señora del Rosario. Como cada año, la mayoría de los comercios cerraron sus puertas para adherir al festejo patronal.

Al culminar la Santa Misa, la banda de la Policía de la Provincia puso su música en honor a la virgen y se realizó la procesión por la calle Becerra, hasta Sobremonte, luego Poeta Agüero y Perón hasta volver a la plaza.  Fue acompañada por los bomberos, el intendente municipal Rody Flores junto a su gabinete, los concejales, la Rectora de la UNLC Agustina Rodríguez Saá, legisladores provinciales y vecinos que al grito de “viva la virgen” recorrieron el casco histórico de Merlo en lo que fue una tarde emocionante. Delegaciones escolares y agrupaciones gauchas se sumaron a la celebración. Por la noche, la plaza y lugar fundacional de Villa de Merlo desbordó de público que se acercó a disfrutar de un momento familiar y ver los espectáculos programados por el municipio.

HISTORIA
Cuenta la leyenda que la Virgen se apareció en 1208 a Santo Domingo de Guzmán en una capilla del monasterio de Prouilhe (Francia) con un rosario en las manos, le enseñó a rezarlo y le dijo que lo predicara entre los hombres; además, le ofreció diferentes promesas referentes al rosario.

El santo se lo enseñó a los soldados liderados por su amigo Simón IV de Montfort antes de la Batalla de Muret, cuya victoria se atribuyó a la Virgen. Por ello, Montfort erigió la primera capilla dedicada a la imagen.

En el siglo XV su devoción había decaído, por lo que nuevamente la imagen se apareció al beato Alano de la Rupe, le pidió que la reviviera, que recogiera en un libro todos los milagros llevados a cabo por el rosario y le recordó las promesas que siglos atrás dio a Santo Domingo.

En el siglo XVI, San Pío V instauró su fecha el 7 de octubre, aniversario de la victoria en la Batalla de Lepanto (atribuida a la imagen), denominándola Nuestra Señora de las Victorias; además, agregó a la letanía de la Virgen el título de Auxilio de los Cristianos. Su sucesor, Gregorio XIII, cambió el nombre de su festividad al de Nuestra Señora del Rosario. A causa de la victoria en la batalla de Temesvár en 1716, atribuida por Clemente XI a la imagen, el papa ordenó que su fiesta se celebrase por la Iglesia universal. León XIII, cuya devoción por esta advocación hizo que fuera apodado el Papa del Rosario, escribió unas encíclicas referentes al rosario, consagró el mes de octubre al rosario e incluyó el título de Reina de Santísimo Rosario en la letanía de la Virgen.

Como anécdotas, tanto la Virgen de Lourdes en su aparición de 1858 como la de Fátima en 1917 pidieron a sus aparecidos que rezasen el rosario. Gran parte de los papas del siglo XX fueron muy devotos de esta advocación, y Juan Pablo II manifestó en 1978 que el rosario era su oración preferida.

 

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