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Santa Rosa

Custodia policial y botón antipánico para una mujer víctima de violencia de género

La joven sufrió graves lesiones por parte de su expareja. Por la peligrosidad del atacante se han dispuesto una serie de medidas para evitar que el victimario pueda acechar a la mujer.
jueves 21 de septiembre de 2017
Golpes y marcas
Una joven mostró en las redes cómo quedó su cuerpo tras los golpes de su expareja.
Una joven mostró en las redes cómo quedó su cuerpo tras los golpes de su expareja.

La ahorcaba para sentir placer. Como si fuera extraído de las más fuertes escenas de la serie The Fall, una joven de 31 años fue sometida por su pareja, hasta provocarle severas lesiones. Ocurrió en Santa Rosa del Conlara y ayer la víctima se presentó en la Justicia en una nueva audiencia para que sea revisada por el médico forense. El profesional halló más heridas físicas.

En un escrito presentado por la abogada María José Alvarez la justicia hizo lugar a todos los pedidos. Entre ellos una custodia policial para la víctima y la activación inmediata del botón antipánico. Además, está vigente una medida de restricción de acercamiento de 180 metros. En ese radio, el atacante que también vive en Santa Rosa no se debe acercar a la mujer. Además, el expediente ahora tendrá la intervención del fiscal que deberá configurar qué tipo de delito se ha cometido. A partir de su dictamen, el juez podría ordenar nuevas medidas.

EL CASO

Susana Pallero, de 31 años, fue golpeada, asfixiadas, violentada psicológicamente y hasta mordida por su novio. Ella vive en Santa Rosa del Conlara, donde ya denunció al agresor. Contó la violencia en primera persona para que otras mujeres se animen y pidan ayuda. El jueves pasado Pallero decidió culminar con el “calvario” que padecía por culpa de su concubino Maximiliano Ochello, de 30 años, quien la sometía a distintas situaciones de violencia. Entonces comenzó a empacar sus pertenencias y emprender un nuevo rumbo.

Dos días después, la mujer sufrió las agresiones por parte de su pareja. “Él estaba enojado, me decía que volviera”, contó. Primero intentó una comunicación persuasiva diciéndole que sus hijos (que tiene con otra mujer) no querían que se fuera; pero ante la negativa de Pallero, se enfureció.

“Me tomó del cuello y me dijo, te amo tanto hija de p… que te mataría”, recordó angustiada. Luego la mordió, la golpeó dándole cachetadas e incluso la acosó sexualmente: “Estaba excitado, me levantó la remera”, describió como pudo en medio el dolor que le dejó una nueva experiencia violenta.

Ante el terrible panorama, la mujer se defendió como pudo con una serie de golpes, hasta que él la soltó. Después el hombre se vistió con ropa vieja y luego la amenazó: “Ya vas a ver lo que te va a pasar. No te dejé marcas, nadie te va a creer”. Pallero jamás pensó afrontar tales conflictos. De hecho, es una joven activista que, a pesar del dolor, ocupa su tiempo ayudando a personas con capacidades diferentes a través de distintas ONG y también trabaja contra la violencia de género en el colectivo feminista Ni Una Menos de Córdoba.

FORCEJEOS

“Es importante contar mi historia, para que otras chicas que vivan lo mismo reflexionen y busquen ayuda”, dijo ante la necesidad de hacer público su problema. Más tarde, luego de los forcejeos, el hombre tomó el celular y escribió la letra “p”. Según la víctima “quiso marcar a la Policía”, pero terminó llamando a su suegro.

Cuando el padre de Pallero atendió, el novio quiso salir de la situación acusando a su novia: “Me quiere matar”. Pero ella alcanzó a pedir auxilio: “Papi, llamá a la Policía”.

Pallero estudia abogacía, ingeniería en sistemas y martillero público. Es profesora de inglés y trabaja en empresas de software a nivel mundial. Sus lamentables experiencias, no impidieron que continúe con sus sueños. Así mismo, todo lo que vivió la marcó. En un primer momento no iba a denunciarlo por miedo a que los antecedentes del agresor pudieran complicarlo. Según indicó, el acusado posee causas por “arrancarle un pedazo de cara a un chico mordiéndolo”, entre otros conflictos.

Pero una amenaza de su cuñada, una mujer reconocida en el mundo de las destrezas gauchas, fue el detonante para que sí lo denunciara.

El problema no se terminó con su presentación ante las autoridades, sino que siguió con “el intento de desistir”, por parte de algunos uniformados. “Cuando fui a la Comisaría 25º, me dieron pretextos que fueron desde los trámites burocráticos hasta cuestiones sentimentales”, recordó.

“Mi ex me pedía como muestra de amor que fuera celosa, mentía desmedidamente. Creí haberlo cambiado pero sólo lo ocultaba para no perderme”, dijo mientras agregó que en Concarán, donde vivió el agresor, “no lo quiere nadie”.

“Hacía que yo me sintiera culpable por todo, incluso perdí el hijo que esperábamos entre peleas físicas y verbales”, agregó.

Además, comentó que en las redes sociales compartió fotografías de los golpes que le propinó y aseguró que inmediatamente le escribieron personas que “habrían sufrido hechos de violencia” por parte del mismo golpeador.

 

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