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Intimidad compartida

Crece la tendencia de los baños unisex en bares, empresas y universidades

Es porque cada vez más gente percibe su identidad de género de manera diversa. Pero no todos se animan a utilizarlos.
lunes 04 de septiembre de 2017
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Baños mixtos en la FADU de Ciudad Universitaria. Foto: Lucia Merle
Baños mixtos en la FADU de Ciudad Universitaria. Foto: Lucia Merle

Hay olor a la naftalina que neutraliza los vapores de los mingitorios y hay, también, besos de lápiz labial en las puertas graffiteadas de los cubículos con inodoros que hay en este baño. En una de esas puertas, una calcomanía muestra desde atrás un cuerpo desnudo con rodete y curvas femeninas. El cuerpo se mira en el espejo y el reflejo le devuelve una cara angulosa con barba. Por los nueve metros cuadrados que ocupan los tres mingitorios y los tres cubículos, van y vienen Clara, Germán, Francisca, Agustín, Damián y Sara. Hay 38 baños en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA, y este reabrió sus puertas hace pocas semanas: era de varones, y ahora es un baño sin distinción de género. Y no es el único: los hay en otras universidades del país, en bares y restoranes, y en empresas privadas.

"Pensamos este espacio para que cualquiera pueda usarlo sin la necesidad de sentir que sí o sí encaja en alguno de los casilleros de género previstos. Lo pensamos así incluso desde la señalética: no hay dibujos de personas, sino un mingitorio y un inodoro", explica Griselda Flesler, titular de la cátedra de Diseño y Estudios de Género de FADU-UBA y a cargo de la Unidad de Género de esa facultad, que impulsó la existencia de este baño en el tercer pabellón de Ciudad Universitaria. "Es una buena forma de empezar a romper con la lógica biologicista y binaria que separa entre varones y mujeres", agrega.

En los bares, los baños que no distinguen entre varones y mujeres son individuales: no entra allí más de una persona a la vez ya que así lo dispone la Agencia Gubernamental de Control (Ver aparte). Aún así, se multiplican los restoranes, cervecerías y bares en los que se instalan cubículos individuales -algunos con su propia bacha, otros con una antesala en la que varones y mujeres comparten el espacio para lavarse las manos- en los que el logo indica que pueden ingresar personas de distintos géneros.

También las empresas apelan a baños en los que puedan entrar varones y mujeres sin que eso esté preestablecido. Esto está implementándose, por ejemplo, en las oficinas de General Electric que funcionan en el barrio de Saavedra, donde trabajan unas cuatrocientas personas. "Tiene que ver con un mensaje de inclusión que queremos dar, y surge en el marco de un programa en el que participamos junto a otras empresas que consiste en contratar a personas trans para que hagan su primera experiencia laboral empresarial durante seis meses; de ese grupo surgieron varias sugerencias, y lo de los baños nos permite atender esas inquietudes", explica Cecilia Albuixec, gerenta de Comunicaciones. Los logos de los baños tienen, por ejemplo, una cara que en una de sus mitades tiene bigote y en la otra no, o un cuerpo que de un lado tiene pollera y del otro, pantalón.

Sin embargo, no en todos lados aceptan la idea de que personas que autoperciben su identidad de género de manera diversa compartan el mismo baño. Silvia Galarza, directora de la Escuela Técnica N° 1 de El Talar, Tigre, impulsó que un baño fuera mixto: allí hay nueve cubículos que, entre marzo y mayo de este año, se usaron sin importar el género. "Pero un inspector determinó que podría haber problemas si un chico decidía hacer pis con la puerta abierta, algo que jamás pasó mientras el baño funcionó de manera mixta. Se quejó un padre y el inspector decidió que volviera a ser sólo de mujeres. Pero la mayoría de los alumnos está de acuerdo en que sea mixto", cuenta la directiva sobre la visión de las generaciones más jóvenes.

(Clarin)

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