Cuando la impunidad anda sobre ruedas

El seguro de Responsabilidad Civil vehicular tiene una clara finalidad de protección social que trasciende el mero interés individual de los contratantes y son los agentes de control quienes deben velar por el cumplimiento de la ley, sin desconocimiento ni complicidades.

El circular sin seguro es una infracción grave parala Ley,de igual modo que si manejamos sin licencia de conducir, con temeridad manifiesta, superando de manera excesiva la velocidad genérica o específica de la vía, superando las tasas establecidas de alcoholemia o bajo la influencia de drogas. Lo cierto es que si los agentes de control constatan que carecemos o circulamos sin el seguro obligatorio del vehículo, además de la sanción económica pueden retener el vehículo.

El sistema federal que adoptó la República Argentina como forma de gobierno posibilita la autonomía de las diferentes circunscripciones nacionales, por ello los municipios, comunas y provincias pueden dictar sus propias leyes,siempre sin entrar en contradicción con las leyes nacionales. En el ámbito vehicular rige este esquema y por ello las multas son variables. Conducir sin tener seguro del vehículo es una falta grave que viola el artículo 68 de la Ley Nacional de Tránsito.

Hay sanción para aquellos que circulan sin portar el comprobante del seguro, siendo mayor para la infracción que se comete al circular sin tener la cobertura del seguro vigente.La cobertura obligatoria es la que cubre la Responsabilidad Civil, es decir el daño que el conductor le puede ocasionar a un tercero.

En caso de que una persona que conduce sin el seguro de su vehículo choque a otro vehículo deberá pagar el arreglo con su propio dinero. Pero el mayor problema es que una persona que conduce sin el seguro embista a otro vehículo o a un peatón y ocasione lesiones físicas y psicológicas en la otra persona, en este caso los juicios pueden ser millonarios.

Desde el incremento del parque automotor y el elevado índice de accidentes de tránsito, los gobiernos de todos los niveles deben revaluar sus políticas de tránsito, comenzar a tener mayor presencia en las calles e impedir que la impunidad ande sobre ruedas.