Tensión política en el oficialismo

Alta tensión. Así está en este momento la situación política en el oficialismo. El intendente, Rody Flores, reasumió sus funciones el miércoles y ese mismo día anunció que habrá cambios en el gabinete, una medida que es pedida por algunos dirigentes del PJ. Reclaman que se oxigene el equipo de gobierno y la gestión adopte otra dinámica.

Una de las personas que más se cuestiona es el secretario de Gobierno, Oscar Pérez.  Las voces críticas dicen que asumió un rol casi de “jefe de gabinete” con intromisión en las decisiones de otras secretarías, inclusive la de Hacienda. Pérez es el hombre de confianza del intendente. Y si ha avanzado sobre otras áreas es por un poder delegado del propio jefe comunal. Parece improbable que sea desplazado. No obstante, no deja de llamar la atención que tenga preponderancia de acción sobre funcionarios que son sus pares y no subordinados.

En el recambio de nombres se menciona al secretario de Obras Públicas, que tuvo que enfrentar una interpelación, cambios en Tránsito y servicios, como recolección de residuos. También habría novedades en torno a la comunicación institucional del municipio, hoy inexistente, y que el propio Flores no ha querido modificar en su año y medio de gestión, quizás aferrado a otras creencias comunicacionales.

Durante la ausencia de Flores por su pedido de licencia, el presidente del Concejo Deliberante, Edgar Amaya, asumió el Ejecutivo Municipal y se mostró activo, con visitas diarias a barrios y obras en ejecución.  Su actividad generó especulaciones políticas. Y a pesar que Flores dijo que lo actuado por Amaya estaba pautado como modalidad de trabajo, la acción breve del edil se contrapuso con el estilo de gestión del actual intendente. Las demandas por mejoras de los servicios en los barrios en alta. Y así lo vivió el edil.

El intendente Flores parece tener por delante varios desafíos políticos. Por un lado, el anunciado recambio de nombres en el gabinete; restablecer relaciones con su propio bloque de concejales y mejorar el vínculo con el gobierno provincial. Todo eso, en semanas de definiciones electorales.

Aunque se disimule con gestos y palabras, la tensión politica está vigente. Habrá que ver si se logra bajar o se va camino a un corto circuito.