Preocupante situación laboral en Villa de Merlo

Cada día más personas intentan obtener recursos para el día a día con ventas de productos elaborados en sus propias casas. Así se puede observar en distintos barrios. Ofrecen desde tortas fritas hasta miel casera. Los fines de semana, empanadas o pastas caseras. Son paliativos para sostener el hogar y síntomas del mal momento que atraviesa la economía. Pero no es único dato empírico. En las empresas locales y comercios cada día más gente busca trabajo. Y la presentación de curriculum es creciente.

Para paliar el mal momento, muchas familias se han refugiado en las “ventas de garaje” que se organizan los fines de semana. En esas ferias se ofrece desde muebles antiguos, libros, ropa, vajilla, herramientas, entre otros elementos. Es una salida para los que se quedaron sin trabajo o tienen menos ingresos. Las ventas se organizan pegando carteles en los comercios del barrio o se promocionan a través de las redes sociales. Y se pueden ver con los característicos banderines de colores que se ponen en el lugar donde se realizan las ventas.

En el contexto de crisis, no dejó de llamar la atención en el sector privado de Villa de Merlo el reclamo de los empleados municipales que decidieron protestar y parar las actividades porque en vez de cobrar el sueldo el viernes 30 de julio la mayoría cobró entre el martes 2 y el miércoles 3 de agosto y los restantes este viernes 5 de agosto. En la mayoría de las grandes empresas locales, aún sus empleados no han cobrado el salario. 

PARA ATRÁS

Uno de los datos más preocupante para la economía local es la importante disminución en la construcción de obras nuevas a través de la inversión privada. En otros años, la construcción se convirtió en un círculo virtuoso para la ciudad por la cantidad de empleo que genera y el movimiento comercial.  Hasta el 2014 se aprobaban planos de obras nuevas por unos 3500 a 4000 metros cuadrados al mes. En el 2016, esa cifra cayó un 40% y ronda los 2000 metros cuadrados por mes.

La disminución de la inversión privada en la construcción tiene como consecuencia inmediata menos trabajo para una cantidad importante de gremios ligados a construir viviendas, complejos o locales. Se ven afectado por esta merma de manera directa albañiles, plomeros, gasistas, techistas, electricistas, colocadores de pisos, pintores, entre otros rubros. También es una baja en los ingresos del comercio local.

Villa de Merlo vivió históricos años de construcción. Las nuevas obras llegaron a sumar casi 100.000 metros cuadrados de superficie en el 2003. En años posteriores esa cifra no fue tan alta pero siempre fue muy significativa.  Por eso, conformó un círculo virtuoso para el crecimiento local. A modo de ejemplo, se puede mencionar que en el 2014, la construcción fue seis veces mayor que el presupuesto municipal.

En ese año, el entonces concejal Roby Otalvares, hoy actual secretario de Gestión Territorial estimó que por mes la construcción generaba un movimiento de unos 25 a 30 millones por mes.