Homenaje de veteranos de guerra en el cementerio de Malvinas

Cruces blancas desde las cuales cuelgan rosarios. Lápidas negras con el nombre de los soldados argentinos muertos en la Guerra de Malvinas. En ese campo de cruces y lápidas, donde crujen los pasos por el pedregullo y un viento helado perfora el alma, los veteranos de Malvinas merlinos, Jorge García y Luis Brescia rindieron su homenaje a los jóvenes soldados que perdieron la vida en la guerra.

Los dos ex combatientes forman parte del primer contingente de veteranos puntanos que viajaron a las islas argentinas después de 32 años. En 1982 eran conscriptos que fueron enviados a la guerra contra los ingleses siendo jóvenes de apenas 18 o 19 años de edad. Ahora volvieron a suelo argentino en un viaje que todos calificaron de “conmovedor”.  Se han reencontrado cara a cara con los “boinas rojas” ingleses; han recorrido el suelo que fue campo de batalla y buscaron donde estaban sus trincheras. Vieron los restos de los aviones abatidos. Y las cruces blancas de los que nunca volvieron.  Los veteranos merlinos colocaron una placa en homenaje a los caídos, que lleva grabada una frase del poeta Antonio Esteban Agüero.

CAMINO AL CEMENTERIO

A 88 kilómetros de Puerto Argentino, después un camino ripioso cruzado a bordo de dos 4 x4, por el helado viento malvinense de más de 60 km, ante la tumba de los 649 héroes argentinos, este martes, retumbó: “¡Oh juremos con gloria morir, oh juremos con gloria morir!”

Los 20 ciudadanos heroicos que salieron desde San Luis han encontrado a la Patria en varios elementos a largo de sus caminatas; en ese pasaje del mundo, que les parece tan reciente aunque hayan pasado más de tres décadas. Es como si muchas cosas siguieran careciendo de nombre y habría que rescatarlas, señalarlas con el dedo, hurgarlas arqueológicamente, sentirlas, arrodillarse entre la turba. Pero en Darwin está el centro del regreso a Malvinas.

“Hasta siempre, hermano. Gracias camaradas”, fueron algunos de los mensajes frente a las tumbas tras la rendición de homenaje. Los veteranos dejaron placas, imágenes, rosarios, medallas, oraciones y silencio, mucho, en el sitio donde aun hay láminas graníticas negras que rezan: “Soldado argentino sólo conocido por Dios”.

“En el cementerio fueron lágrimas y un descanso que nos llegó a todos, como decir ‘ya está”, indicó el camarógrafo Juan Moyano, quien agregó que los excombatientes Daniel Verdoia y Juan Alcaraz lloraron frente a las cruces de sus jefes de artillería.

UN MERLINO

Jorge Luis García (51) fue conscripto, estuvo en Tumbledown, afuera de Puerto Argentino, a los 18 años. “Las guerras no conducen a nada. Vengo con la misión de cerrar una herida, una etapa, y rendir homenaje a nuestros compañeros que están en el cementerio. Yo viví los 74 días adentro de un pozo y nunca tuve la oportunidad de rendirle homenaje a ellos”, señaló. Hace 15 años que García vive en Merlo, donde además conoció a Luis Brescia (51), otro integrante del Centro de Ex Combatientes de Malvinas del Valle del Conlara, quien lo acompaña ahora en este histórico viaje. “Realmente encontré a mi primer amigo y mi hermano con todas las palabras”, confesó.