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Río Cuarto: Investigadores descubren daños genéticos en familias que viven a mil metros de las fumigaciones

<img style="float: left; margin-right: 10px;" mce_style="float: left; margin-right: 10px;" src="http://infomerlo.com/images/stories/com_form2content/p1/f5499/3.jpg" mce_src="http://infomerlo.com/images/stories/com_form2content/p1/f5499/3.jpg" width="300" title="Alarmante estudio de especialistas sobre las consecuencias de las fumigaciones" rel="image_src"><p>Esas personas sufren el mismo deterioro que quienes están a 300 metros de los campos. Así lo revela un estudio de la UNRC realizado en Marcos Juárez.</p></p>
domingo 02 de junio de 2013
Río Cuarto: Investigadores descubren daños genéticos en familias que viven a mil metros de las fumigaciones

Los últimos resultados de la investigación sobre el impacto de los agroquímicos en la salud que llevan adelante los biólogos de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), Delia Aiassa y Fernando Mañas, resultan alarmantes. Los análisis que los investigadores realizaron en la localidad de Marcos Juárez el año pasado revelaron que las familias que viven a mil metros de las fumigaciones poseen el mismo daño genético que quienes habitan a 300 metros de los campos. Debido a las fumigaciones, ambos grupos tienen más riesgo de sufrir abortos espontáneos, malformaciones y cáncer que el resto de la población.

El descubrimiento reabre el debate sobre la legislación vigente en la provincia y el país respecto a la aplicación de agroquímicos. Incluso, pone en duda la efectividad de las ordenanzas sancionadas en los últimos años en distintos municipios cordobeses, ya que la mayoría de estas normativas alejaron las fumigaciones a mil metros de las zonas urbanas.

“No encontramos diferencias, el riesgo es exactamente el mismo”, explicó Aiassa en relación al daño genético detectado en los dos grupos de familias de Marcos Juárez que fueron estudiados. Lo llamativo es que uno de los grupos vive a entre 800 y 1000 metros de las zonas pulverizadas y el otro a sólo 300 metros de los campos. Sin embargo, ambos sufren por igual los efectos tóxicos de los plaguicidas.

En concreto, explicaron los responsables del estudio, el daño encontrado en el material genético aumenta las posibilidades de padecer enfermedades de gravedad, ya que si no es reparado o eliminado por el organismo, quien lo padece puede sufrir abortos espontáneos, malformaciones en su descendencia o contraer algún tipo de cáncer. De hecho, estas son las enfermedades más comunes que vienen detectando desde la Red de Médicos de Pueblos Fumigados.

LAS POBLACIONES

La investigación de la UNRC se denomina “Evaluación del nivel de daño en material genético en grupos humanos expuestos a agroquímicos y sus implicancias en educación y legislación”  y comenzó a desarrollarse en el año 2006. Desde aquel momento hasta ahora, el estudio fue abarcando a distintos grupos de poblaciones y alcanzando importantes resultados.

En una primera etapa, el estudio se basó en analizar el material genético de los aplicadores de agroquímicos, encontrando importantes daños en sus células. Luego, los investigadores decidieron estudiar a las personas que viven en cercanías de las tierras pulverizadas.

“Hemos trabajado en Las Vertientes, en Marcos Juárez, en los alrededores de Río Cuarto, Saira, tenemos algunas muestras de Rodeo Viejo, de Alcira Gigena”, enumeran los profesionales. Pero agregan que lo significativo no son estas localidades en particular sino la característica que comparten y que se repite en tantas otras: el hecho de estar rodeadas de campos fumigados.

Su último trabajo fue justamente el análisis de las muestras tomadas en Marcos Juárez durante el año pasado, cuyos resultados aún no han sido publicados y recién se están dando a conocer.

En ese marco, Aiassa relató que lo más significativo de este estudio es que tanto las familias que viven a 300 metros de los campos como aquellas que están a un kilómetro de distancia poseen el mismo daño en sus genes. 

“Si comparamos el grupo de 300 metros o el grupo de 800 metros a 1000 metros con el grupo de referencia que estábamos utilizando -que son personas con las mismas características pero que viven mucho más alejados- hay un aumento significativo de ese valor de daño”, explicó. 

Y agregó que, dada la fisonomía de la localidad de Marcos Juárez, las muestras de referencia no pudieron tomarse en la misma ciudad porque todos sus pobladores se encuentran, como máximo, a mil metros de las fumigaciones. “Eso es lo que creo que es significativo: es una población que está expuesta a contaminantes”, dijo.

Además, la investigadora explicó que todas las personas que son estudiadas deben cumplir con un protocolo, aprobado por un Comité de Ética para eliminar factores de confusión en los resultados. “Tienen que cumplir ciertas características para que nos acerquemos lo más posible a un diagnóstico que tenga que ver directamente con el plaguicida y no con otra sustancia contaminante a la que pueda estar expuesta esa persona”, precisó.

En base a ello, afirmó que los daños genéticos detectados se deberían a la cercanía con las fumigaciones a las que están expuestos estos grupos, más aún si se tiene en cuenta que tanto en Marcos Juárez como en el resto de la provincia de Córdoba se pulveriza entre seis y ocho meses al año. (el puntal)

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